contador de visitas Cueva de Ardales. Ardales (t.m.)
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Cueva de Ardales
Ardales (t.m.)

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Foto 1La Cueva de Ardales fue descubierta en 1821, siendo inmediatamente reconocido su valor geológico y antropológico. En 1860, la primera parte de la cavidad se utilizó para reuniones sociales organizadas por Dª Trinidad Gründ, abandonándose en 1896 y quedando la entrada sin control alguno. Pero es a partir de 1918, tras la visita del estudioso del arte prehistórico, el Abate Henri Breuil, cuando comienza a ser conocida a nivel internacional. Sin embargo, hubo que esperar hasta 1985, momento en el que varias administraciones públicas se coordinaron en la gestión y conservación del monumento, pudiéndose visitar de manera controlada a partir de 1992.

El hombre prehistórico habitó esta cavidad aproximadamente desde el 25.000 hasta el 5.000 antes del presente, intervalo de tiempo que comprende los períodos llamados Paleolítico Superior, Neolítico y Calcolítico. De ellos nos han llegado pinturas y grabados, punzones de piedra y de hueso, muros en piedra seca, algunas hornacinas talladas en la pared, lámparas sobre rocas, también portátiles, así como paletas pétreas para contener la pintura.

Los restos humanos descubiertos se reparten por distintos puntos de la cueva, pudiéndose datar entre el VI y el IV milenio, abarcando los períodos Epipaleolítico y Neolítico. Se trata de depósitos funerarios para segundas deposiciones, es decir, trasladados allí (solo parte de los cuerpos) tras un primer enterramiento en otro lugar.

En cuanto a la pintura, para la ejecución de signos se emplearon mayoritariamente los dedos, pero también pinceles, espátulas, carboncillo y mineral aerografiado (mano negativa). Se conservan algunas figuras de animales (ciervas y cabras). Los colores más usados fueron el rojo, negro, amarillo, ocre y marrón.

Pero por lo que más destaca la cueva de Ardales es por reunir uno de los grandes conjuntos de grabados paleolíticos de la Península Ibérica, cincelándose figuras de animales, numerosos signos complementarios y algunas representaciones femeninas. Los grabados fueron realizados con la yema de los dedos y la uña, además de con instrumentos como puntas de madera y de asta, buriles de silex y de hueso, utilizándose según la dureza del soporte (pared, espeleotemas, bloques, techos, suelos), resultando por ello distintas texturas.

Acceso. En estos momentos las visitas se organizan a través de la empresa Giglon. En su página podréis encontrar los horarios, precios y condiciones de acceso. La nuestra fue hace más de dos años (2012) y en aquel momento la organización corría a cargo de la desaparecida Red del Patrimonio del Guadalteba de la que teníamos una muy positiva opinión.

Foto 2Conservación. Museografía. Didáctica. La visita a la cueva de Ardales es absolutamente imprescindible para nuestros viajerosencorto, turistas, amigos o para cualquier persona. Lo tiene todo: aventura, emoción, misterio, descubrimiento, arte, sorpresa, esfuerzo, conocimiento. Nos adentramos en el vientre de la historia para llegar muy lejos, 30.000 años atrás. Recuerdo que cuando salimos de la cueva supimos que habíamos realizado algo importante para nuestras vidas, que tras esas dos horas hubo un antes y un después. Tal es la grandeza de aquel interior. Por lo tanto, al que no la haya visto, le decimos que no puede tardar en ir, y al que ya la haya vivido que repita. Un guía profesional nos acompaña en todo el recorrido, conduciéndonos por intrincados laberintos, grandiosas salas, inclinadas laderas, estrechos pasos, señalándonos aquí y allá grabados, pinturas, manchas, manos, figuras de animales y humanas.

Ubicación. Coordenadas U.T.M.:
30 S
336993.36 m E
4082311.31 m N

Ubicación en googlemaps©:
mapa


Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 14/02/2014. nº 94. vec2014©

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