El
Museo Carmen Thyssen fue inaugurado en el año
2011. Sin duda ha constituido un revulsivo cultural de primer orden
para la ciudad. La importante colección de pintura, el interés
mediático de su propietaria y la regeneración urbana de
la zona, han ayudado a mejorar la imagen de Málaga como urbe
culta y atractiva para el viajero amante de los museos, haciendo posible
la recuperación del Palacio de Villalón, casa noble del
siglo XVI-XVII (foto 1), ubicada junto a la
plaza de la Constitución, en el corazón histórico
de la ciudad, que se encontraba en total estado de abandono,
al igual que muchos inmuebles de su entorno. La necesidad de espacio
para la instalación de la colección y sus servicios ha
supuesto la triste y equivocada decisión del derribo de inmuebles
que debían haber sido respetados, y al igual que el palacio,
recuperados. Aspectos positivos y negativos en las tomas de decisiones,
injustificables los últimos por incomprensibles. Una vez terminadas
las obras y tras su inauguración, el museo ha sido un éxito, atrayendo
a decenas de miles de personas.
La colección permanente se ha distribuido en tres pisos, interpretando
el siglo XIX y principios del XX en la pintura española, y especialmente
en la andaluza, desde tres visiones, que se continúan cronológicamente,
comenzando en la planta baja por el paisaje romántico y el costumbrismo
(foto 2), en la siguiente con el preciosismo y
la pintura naturalista, además de una sala dedicada a maestros antiguos,
siempre bienvenidos, aunque rompan el discurso principal, y por último
la segunda planta con los pintores de fin de siglo.
La entrada a la sala dedicada al paisaje romántico y al costumbrismo
comienza con un gran panel explicativo (foto 3),
en español e inglés, sobre el origen de la pintura de paisaje
costumbrista y la pintura de lugares situando su comienzo en el siglo XVIII.
De cómo estos temas continuaron siento utilizados por los artistas
en el siglo XIX, con motivos que oscilaban entre lo amable, véase
la pintura de Manuel Barrón, y lo sublime de Genaro Pérez
Villaamil. La idea de una Andalucía folklórica y estereotipada,
difundida por autores románticos extranjeros caló en la conciencia
de muchos pintores españoles, deseosos de buscar una identidad propia,
comenzando un período en el que en los lienzos se veían escenas
de baile, bandoleros, toros, procesiones, arquitectura morisca, rincones
andaluces, cortejos de enamorados. En general eran lienzos de pequeño
tamaño, fácilmente vendibles y transportables tanto para esos
primeros "turistas" que empezaban a dar a conocer Andalucía
y a España por extensión, pero también para una incipiente
clase media que podía acceder a estas pequeñas pinturas, ya
apartadas de cualquier asunto religioso y que por primera vez se imponen
en cantidad y calidad al arte de las iglesias. El siglo XIX supuso un cambio
definitivo en el tipo de clientela que adquiría arte, obligando a
una secularización de los temas representados.
En el piso superior una sala se dedica al preciosismo y a la pintura
naturalista (foto 4) y otra a los
maestros antiguos. La pintura llena de detalles y preciosista de Mariano
Fortuny influye en muchos artistas, algunos de gran nivel como Moreno Carbonero,
Emilio Sala, Benlliure, etc.. Al mismo tiempo, Carlos de Haes renueva la
pintura de paisaje con sus naturalezas y marinas realistas tomadas del natural,
lo que favorecerá el surgimiento de una escuela malagueña
de marinistas con representantes como Verdugo Landi, Emilio Ocón,
etc. La siguiente sala del mismo piso está dedicada a los maestros
antiguos, que aunque rompen el discurso general del museo, ofrecen
una pequeña y atractiva muestra de arte italiano y español
anterior al ochocientos.
La segunda planta se dedica a los maestros de fin de siglo,
cuando los artistas se introducen definitivamente en las corrientes
internacionales, produciéndose la renovación de los estilos
con la búsqueda de nuevas formas y significados. Pintores de
fuerte personalidad como Darío de Regoyos, Beruete, Sorolla,
Julio Romero, Anglada Camarasa y tantos otros, rompen con la tradición
y generan una nueva plástica que hace avanzar a nuestra pintura
a niveles impensables hasta ese momento. Estas novedades supusieron
para el arte español el comienzo de la ruptura con las formas
tradicionales de representación de la realidad, con resultados
sin duda espectaculares.
Existe también un piso superior dedicado a exposiciones temporales,
de las que ya se han realizado varias de primer nivel.
Foto 2 Foto
3 Foto
4
La
Casa de Villalón. También llamado Palacio
de Villalón o Palacio Mosquera, data de mediados del siglo XVI.
El edificio fue construido por una poderosa familia local, situándose
estilísticamente entre el tardomanierismo y protobarroco malagueños
(foto 1) utilizando formas moriscas, como
lo atestiguaban yeserías y ventanas mudéjares, hoy desaparecidas,
o la algorfa, hasta hace poco viva(foto 5). De la restauración
que ha sufrido el edificio para la instalación de la pinacoteca
Lourdes Moreno Molina, directora artística del museo nos informa así: "A
raíz de los estudios realizados, se ha apostado por la recuperación
del palacio restituyendo sus trazas originales: se vuelve a formalizar
el patio completando el frente oeste desaparecido;
se recupera la presencia de arcadas y columnas de mármol
ocultas o incluso desaparecidas; se rehace la galería de la planta
primera de acuerdo con los vestigios encontrados y conforme al modelo
de edificaciones similares de la época; se restaura e integra
la portada interior de corte renacentista aparecida en la galería
de patio de la planta baja; se restaura el ajimez sobre la escalera
y se recuperan las fachadas originales rehaciendo su portada
principal de acceso, también de época renacentista".
Por tanto nos encontramos con un edificio muy reconstruido, cuyo original
data del siglo XVI, y que sufrió grandes reformas en el XVII.
Su fachada se estructura axialmente (foto 1).
La portada central es arquitrabada, flanqueada por pilastras toscanas
cajeadas, con dintel adovelado en el que sitúa un escudo, y entablamento
superior. A ambos lados se abren grandes vanos rectangulares con rejas
de forja. En el piso superior, y alineados con el
inferior, otros tres grandes vanos, con balcón y guardapolvo
el central. El interior se articula
alrededor de un patio con dos plantas (foto 5).
La primera la componen galerías formadas por tres arcos de medio
punto con alfiz y columnas (foto 6), y en
el lateral oeste con doble arquería (foto 7).
En el nivel superior, se repite la arquería, pero esta vez de
carpanel y sin alfiz (foto 5). Hay un segundo
patio, más pequeño que reintegra parte de un antiguo adarve.
Foto 5 Foto
6 Foto
7
El
palacio posee varias espléndidas techumbres
mudéjares del siglo XVI, trabajo de excepcional calidad
de la carpintería de lo blanco, descubiertas en gran parte por
el arquitecto César
Olano, y que representan la pervivencia de las técnicas y formas
mudéjares en las fábricas
de la arquitectura civil nobiliaria malagueña.
La techumbre
de la escalera es una armadura de par y nudillo rectangular,
completamente cubierta de lazo de diez y limas mohamares
en los bordes de los faldones. Lleva superpuestas dos
estrellas en los testeros y en el centro un octógono de mocárabes,
siendo innecesario el uso de tirantes por su reducido tamaño (foto 8).
Otra armadura
es la del salón noble o principal del palacio,
también de par y nudillo y limas mohamares (foto 9),
cubriéndose el almizate con lazo de diez (foto 10).
En los faldones y los testeros el lazo es de cuatro. El centro del
almizate lleva dos octógonos con talla rizada parecida a la rocalla,
por lo que puede ser que aquél sea posterior en el tiempo a los
faldones y testeros, consecuencia de alguna restauración (foto 11).
El conjunto se completa con tirantes de lazo sobre canes de perfil lobulado.
Foto 9 Foto
10 Foto
11
Acceso.
El acceso es muy
fácil. Se encuentra en la calle Compañía nº 10,
junto a la plaza de la Constitución, en el corazón del centro
histórico de Málaga. En su página web podréis encontrar tanto los horarios como los
precios, tipos de visitas, exposiciones temporales y demás actividades
que son muchas y que este museo lleva a cabo en su labor de difusión
de su propio patrimonio.
Conservación.
Museografía. Didáctica. El Museo Carmen Thyssen es
una de esas maravillas que alguna que otra vez la providencia otorga a la
ciudad. El favor de la titular de la colección, Carmen Thyssen, su
decisión por establecer en Málaga un museo que albergara
parte de sus colecciones y el interés demostrado por la única
administración responsable en facilitar los trabajos e impulsarlos
(afortunadamente una sola), han hecho posible en Málaga esta pinacoteca de nueva planta,
que aunque ubicada en el casco antiguo, sólo ha respetado de él
la llamada Casa Villalón y los inmuebles situados a la izquierda
de la calle Mártires, excepto el que hace esquina con calle Compañía,
de basto diseño, así como la desfigurada algorfa, destruyendo
las fincas ubicadas detrás del palacio, cosa a nuestro parecer totalmente
innecesaria y atentatoria contra nuestro patrimonio. No es posible construir
destruyendo. No, si se trata de nuestro pasado. Es evidente que la recuperación
del palacio ha sido un éxito, con el que todos los malagueños
hemos salido beneficiados. Es evidente que la llegada de la colección
de pintura a Málaga, también. Y no digamos del tratamiento
dado a las salas donde se exponen los cuadros, con una moderna museografía,
perfecta para la exposición de lienzos en las mejores condiciones.
Amplias salas, (junto a éstas, pasillos muy largos sin utilidad práctica),
muros neutros de colores muy claros, acondicionamiento lumínico,
inexistencia de molestos brillos sobre los lienzos, temperatura y humedad
controladas, separación entre obras que impide la contaminación
visual, la distribución por temas, los paneles explicativos, concisos
y sencillos de entender, las importantísimas exposiciones temporales
de las que hemos disfrutado, la mercadería de su tienda, pero también
la profesionalidad de su personal, atento y discreto, la variedad de actividades,
para público individual y para grupos, sin olvidar a
los infantes y sus aulas didácticas, además de conferencias,
mesas redondas, cursos, charlas, etc. Los museos Thyssen en España,
siempre se han caracterizado por hacer una labor de difusión muy
intensa y prestigiada a nivel internacional. Sin duda, en este su museo
de Málaga ocurrirá lo mismo. No queremos olvidar el hallazgo,
aún no visitable, de restos romanos del siglo III d.C. en los sótanos, con construcciones dedicadas
a salazones y otras de carácter doméstico, destacando un ninfeo
con pinturas originales, así como una necrópolis,
probablemente de época bizantina. Esperamos que los problemas de
humedad que justifican este cierre temporal sean resueltos a la mayor brevedad
posible y podamos disfrutar con su contemplación.
Ubicación.
Coordenadas U.T.M.: 30 S
372928.75 m E
4064920.83 m N