El cementerio de Almáchar se encuentra en el extremo suroeste del pueblo, sobre un cerro, debiendo sufrir hace bastantes años una reconstrucción que afectó a toda su superficie, puesto que a pesar de ciertos elementos que informan sobre su antigüedad, las construcciones tipo bloque que lo componen, parecen haber borrado cualquier recuerdo de un pasado aún más remoto, aunque hay que reconocer que la escasa altura de estos (tres pisos, partiendo del suelo) y tratarse de un cementerio no muy grande le añaden un encanto, del que otros camposantos con soluciones urbanísticas similares carecen.
Los elementos que nos hablan de su mayor antigüedad y que hemos podido observar son tres: su cerca blanca, casi rectangular, no muy alta y adaptada al terreno con remate de albardilla o en punta, un par de portones de acceso de gran sencillez, así como la única sepultura individual que existe, formada por un cuerpo paralepípedo, pintado en blanco y con claras señales de deterioro, frontis semicircular y lápida de principios del siglo XX.
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¿Cómo llegar? Es muy fácil. Puedes partir desde los pies de la iglesia de San Mateo, siempre cuesta arriba, por la calle Fátima y después la calle Almería. Si te pierdes, pregunta a cualquier vecino, aunque no lo creemos. El horario indicado es el siguiente: en invierno, del 1 de octubre al 30 de abril, los miércoles, viernes y domingos de 10 a 18 horas. En verano, del 1 de mayo al 30 de septiembre, los miércoles, viernes y domingos de 10 a 20 horas.
Museografía.
Conservación. Didáctica. En conjunto no se observan deterioros importantes, excepto la conservación de la única sepultura individual existente que debería ser restaurada. No consta información alguna sobre la historia del camposanto.