Fueron los Reyes Católicos quienes concedieron a Lorenzo Hernández Padilla, vecino de Antequera, autorización para que levantara una ermita con las piedras de la torre atalaya de Jévar (r.i.: 039, pág. 182), dedicándola a San Miguel. Según reza el cartel de la entrada, en 1820 se reconstruyó casi en su totalidad. Además, unos azulejos incrustados en el muro indican que fue reformada en el año 2000.
Como casi todas las ermitas su construcción es muy sencilla. Una única nave cubierta con tejado a dos aguas y espadaña a los pies con un solo vano y arco semicircular. No hay motivos decorativos a excepción de una placa rectangular situada bajo la misma espadaña (foto 1). A sus lisos paramentos se adosan una serie de volúmenes con funciones habitacionales, cubiertos igualmente con tejados inclinados, y muros y vanos de una evidente antigüedad, pues su rugosa textura encalada (foto 2), y una mampostería irregular sin enfoscar (foto 3), han conseguido librarse de las terribles reformas que en la actualidad se están aplicando al patrimonio inmueble, utilizándose técnicas contradictorias con la tradición, provocando la destrucción del edificio antiguo y su sustitución por otro.

Foto
2
Foto 3
El interior es muy sencillo. Un habitáculo rectangular sin vanos, con paredes llenas de fotografías enmarcadas de imágenes de Cristo, la Virgen, escenas del Nuevo Testamento, etc., junto con un altar donde se disponen numerosas figurillas de bulto redondo del Niño Jesús, San José, así como de Cristo y la Virgen. Sobre este, un cuadro que representa la Inmaculada Concepción, obra de algún pintor local de tendencia naif, que por el tratamiento y voluminosidad de las telas podríamos situar en el siglo XVIII (foto 4). Pero sin duda lo más sorprendente de la ermita es una pequeña habitación abierta en el lado del Evangelio y junto al altar repleta de exvotos, en este caso fotografías de distintos tamaños correspondientes a personas de todas las edades, y en una mesa estatuillas de la Virgen y el Niño, magnífico ejemplo de devoción y fe popular.
Bibliografía
consultada. En Ruta de las Iglesias y Conventos, ver: (039); cartel obrante en la entrada de la ermita.
Refencias de texto: Ruta de las Iglesias y Conventos: (r.i.).
¿Cómo llegar?.
Es fácil. Inmediatamente antes de desviarnos hacia el camino que conduce directamente al castillo de Jévar la carretera hace un giro a la derecha (existe cartelería indicando a la ermita), que tomarás. Es una carretera bastante estrecha, donde pasados unos seiscientos metros veréis la ermita. No se indica horario de visita, pero posiblemente se encuentre abierta porque siempre hay algún fiel que va a orar o a depositar un exvoto.
Conservación.
Museografía. Didáctica. El conjunto se encuentra en buen estado de conservación. Parece ser que hubo una reforma en el año 2000. No sabemos a qué partes afectó, aunque suponemos que en todo caso a la ermita por la evidente diferencia en la textura de los muros en relación con el resto de las estructuras anexas. Desconocemos su aspecto anterior a las obras, por lo que no podemos saber si el resultado es fruto de la albañilería actual, no adecuada para el tratamiento de edificios patrimoniales, o bien es que las reformas que se hicieron, según reza el cartel de la entrada, en 1820, ya trataron el edificio de manera diferenciada al resto de los volúmenes que se le adosan.
Ubicación
(Google Earth): |
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Coordenadas U.T.M. |
Grados, minutos, segundos. |
Grados decimales. |
Grados, minutos decimales. |
Sistema militar de referencia por coordenadas. |
30 S
358327.91 m E
4088421.28 m N
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36º55'52.29'' N
4º35'26.74'' O
|
lat. 36.931193º
long. -4.590760º |
36º55.872' N
4º35.446' O |
30SUF5832888421 |
Ubicación en
googlemaps©:

Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 25/09/2017. nº 302. vecmálaga©
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