El origen podría ser un morabito o mausoleo, que los almorávides trajeron a Al-Ándalus, tras su invasión en la primera mitad del siglo XII, adquiriendo relevancia y aceptación popular sobre todo durante los siglos XIII y XIV. Estas construcciones ya eran conocidas en el Irán Samaní del siglo X, y en el Egipto Fatimí del siglo XII. Fundamentalmente se trataba de lugares donde vivían o también donde se enterraban personas pías o santas, ubicándose cerca de los cementerios, como el que se encontró a los pies de la ermita en el año 1992 y que fue destruido inmediatamente, como nos informa Francisco Ortiz Lozano en su libro de referencia "Musulmanes y cristianos en el valle de Ardales", (en bibliografía consultada, Ruta de Al-Ándalus: 018), así como en las cercanías de lugares con abundante agua, lo que del mismo modo acontecía al pasar a escasos metros de allí el conducto de agua que abastecía al cercano castillo. Entre los elementos coincidentes con la tipología del morabito destaca la planta cuadrangular con pináculos en las esquinas, además de la bóveda esquifada que la culmina, y que en este caso no ha sido cubierta por un tejado a cuatro aguas como en la ermita de la Virgen de las Angustias de Algarrobo. Es fácil entender cómo estas construcciones fueron fácilmente cristianizadas, ya que la figura del eremita aparece también en la tradición cultural cristiana, siendo esta anterior a la musulmana, ya que sus primeras manifestaciones tienen lugar, entre otros lugares, en Siria y en Egipto.
Las restauraciones posteriores, incluyendo el zócalo de azulejos, han transformado en exceso sus paramentos haciendo desaparecer cualquier rasgo de pátina. Quedamos a la espera de un estudio arqueológico de la estructura y sus alrededores, así como documental, que profundice en su historia. Por el momento, sabemos que ya a principios del siglo XVII se hace referencia a la ermita. Desde luego, no podemos pensar que esa estructura, que recuerda tanto al pasado andalusí, fuese construida por cristianos del siglo XVI o XVII, ni siquiera en un arrebato de historicismo, fenómeno impensable durante el Renacimiento y el Barroco, períodos creadores de formas propias.
El interior guarda varios crucificados, coronas de flores, ramos, macetas, estampas enmarcadas, en fin, toda la puesta en escena que este tipo de santuarios suele ofrecer, producto de la fe y cuidado que la gente del pueblo pone en el mantenimiento y embellecimiento de estos sagrados sitios.
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Bibliografía
consultada. En
Ruta de Al-Ándalus, ver: (018).
Acceso.
No es muy difícil. Desde el restaurante Hostal el Cruce, cruzamos el puente sobre el arroyo de la Torre, desembocando en una pequeña rotonda a cuya derecha se sitúa el Museo de la Prehistoria en Guadalteba. Tomamos la calle a la izquierda de este y subimos, dejando igulmente a la izquierda unas instalaciones deportivas. A unos 100 metros desde el inicio vemos un cartel vertical que indica giro a la izquierda para llegar hasta el Castillo de la Peña. Se trata de la Avenida de Blanes que seguimos hacia arriba durante unos 250 metros. Giramos a la derecha por la calle Fuente Nueva, que es la inmediatamente anterior a la siguiente perpendicular a la avenida de Blanes donde termina el pueblo. Pues bien, seguimos por la mencionada calle Fuente Nueva y pasaremos por la trasera del castillo de la Peña. Continuamos hacia delante, saliendo del pueblo por carretera asfaltada, y a unos 300 metros a la izquierda un pequeño carril nos lleva directamente a los pies de la ermita ya en la parte superior del cerro.
Conservación.
Museografía. Didáctica. El
estado de conservación es impecable. Al ser un lugar de culto el mantenimiento es constante. Haría falta un estudio arqueológico del edificio y sus alrededores. Posee cartel explicativo con información histórico-artística.
Ubicación:
30 S
335559.00 m E
4082426.33 m N
Ubicación
en googlemaps©:
Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 03/02/2016. nº 204. vecmálaga©
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