Cementerio Municipal. Benamocarra (pueblo)

Situado en el extremo norte del núcleo antiguo de Benamocarra, en la actualidad el cementerio municipal ha quedado inserto y rodeado por la trama urbana.

De su antigüedad y autenticidad no tenemos duda. Su alto grado de conservación nos permite convertirlo en paradigma de cómo sería un cementerio axárquico en el siglo XIX y durante buena parte del siglo XX.

Como hemos comentado, se ubica en la esquina norte del núcleo histórico, lo que debió corresponderse con los extramuros, siendo construido en un terreno de fuerte inclinación, resultando un perfil triangular, con un área interior densamente ocupada por bloques, excepto en el extremo norte. Los nichos se distribuyen tanto a lo largo de los laterales sur y oeste, como por los mencionados bloques, que se disponen en dos grupos, más o menos paralelos, orientados de este a oeste y de noreste a suroeste.

Los nichos más antiguos se situarían en los laterales sur y oeste. Los bloques son posteriores, aunque también se perciben diversos momentos constructivos. Algunos con fechas muy recientes. El lado norte se cierra mediante una altísima cerca. Esta y la trasera de los nichos del lado oeste son los únicos elementos perceptibles desde el exterior, ya que como hemos escrito el cementerio se construyó adosado a lo que sería el límite norte de la Benamocarra antigua.

Estos nichos continúan la tradición de construcción por adición que hemos visto en otros tantos cementerios en nuestra web, pero que aquí valoramos como exclusivo por el gran número de ellos conservado y su potente rusticidad.

Un cementerio completamente encalado, de muros muy extensos íntegramente ocupados por nichos, y de fuerte inclinación, sobre todo el situado al oeste, donde la ceremonia de enterramiento, es decir, el traslado del féretro hasta su depósito en el interior de aquel debió ser una operación de complicado desarrollo, estando siempre presente el peligro de caída.

La espectacular serie de nichos de adición adopta diversas formas: cierres de medio punto, escarzano, peraltados, con moldura que resalta el semicírculo, adintelados, que consideramos más recientes, e incluso algún carpanel; en su conjunto superpuestos formando calles irregulares, sobre todo los más antiguos, que se sitúan en el lado sur y en el extremo sur del lado oeste, de dos, tres o cuatro pisos de altura.

Como corresponde a este estilo constructivo, el nicho superior completa y cierra el extradós del inferior, rematándose el superior con sencillos hastiales un poco más altos que el resto de la estructura.

En cuanto a los bloques existentes en la actualidad, todos con nichos adintelados, está claro que fueron levantados en diversas épocas. Alguno de los más cercanos a los laterales también muestran rusticidad en su disposición.

Por último destacar la gran antigüedad y belleza de las pocas lápidas mortuorias que quedan in situ, datables a finales del siglo XIX y principios del XX, y que deberían ser consideradas patrimonio histórico-artístico, retiradas y sustituidas por copias.

¿Cómo llegar? Es muy fácil. Si os situáis en el centro neurálgico del pueblo, es decir la plaza del Calvario, tomaréis la calle Málaga (salida norte de la plaza a su izquierda), donde a pocos metros a la derecha encontraréis un callejón (especie de adarve), y al fondo una puerta de doble hoja metálica, muy sencilla, que da acceso al camposanto. No parece que entrar ofrezca una especial dificultad. De todas formas, para aseguraros la visita podéis consultar en el teléfono del ayuntamiento: 952509534

Museografía. Conservación. Didáctica. A pesar de que muchos nichos se encuentran vacíos, todos ellos están tapiados y blanqueados, por lo que, aunque la ocupación de estos sea parcial, el estado de conservación general es bueno, respetándose de una manera importante las formas y texturas antiguas, lo que convierte a este cementerio en un lugar excepcional para el estudio del patrimonio de este tipo de monumentos, así como para la visita al pueblo de Benamocarra, que obliga a su contemplación, en la que poder admirar la capacidad del hombre para crear espacios de belleza excepcional con tan escasos recursos.