La iglesia de El Borge se fundó en 1505, al igual que otros muchos templos en el resto de la provincia, por don Diego de Deza, Arzobispo de Sevilla, poco tiempo después de que la plaza fuese recuperada por los castellanos. Se levantó en estilo gótico-mudéjar, aunque durante su proceso de construcción integró elementos renacentistas, recibiendo añadidos barrocos durante el siglo XVIII, que lo definen como un templo crisol de estilos, lo que por otra parte es muy común en nuestra arquitectura religiosa.
Se trata del principal hito arquitectónico del núcleo urbano. De aspecto macizo, el exterior del templo resulta una proyección de las tres naves longitudinales que lo componen, más ancha y alta la central. Con escasos vanos, posee sólidos paramentos trabajados con cadenas y verdugadas de ladrillo entre mampostería, siendo esta última la que visualmente predomina sobre todo el conjunto, lo que unido al desnivel del solar en el que está asentado, que obligó a la construcción de elevados muros, le otorga un aspecto de bastión (foto 1). Sin embargo, sus tres torres: la del campanario, la del lado del Evangelio y la torre-camarín de la cabecera, rompen con la horizontalidad de los muros de cierre, creando un original y poderoso juego de verticales. En esta distribución de masas, el presbiterio apenas desempeña un papel importante debido a su escasa altura, ornamentándose sus aleros y los de la nave central con canecillos a doble nacela, elemento de tradición mudéjar.
La torre-campanario, situada en la cabecera del templo, posee planta cuadrangular y está compuesta por tres cuerpos separados con línea de imposta. El primero, mucho más alto que el segundo, se separa de este por una imposta parcial. Ambos están construidos formando cadenas y verdugadas de ladrillo entre mampostería. El tercer cuerpo o campanario, en la actualidad enjalbegado, consta de ladrillos dispuestos mediante doble fila de dientes de sierra en el alero, así como un chapitel achatado (foto 2).
La torre-camarín se ubica junto a la torre-campanario, siendo más alta que esta e igualmente construida con ladrillo y mampostería, aunque aquí la predominancia de aquel es considerable. Posee tres cuerpos. El primero es cuadrangular y más amplio que los superiores, que son octogonales, mayor el segundo que el último. En este se incrementó la variedad en el moldeado del ladrillo, a través de óculos entre pilastras y un movido entablamento, así como placas, situándose sobre la imposta bolas de cerámicas con cruces. El segundo cuerpo, menos decorado, pero más alto, consta de rectángulos rehundidos y grandes placas triangulares. Su cornisa se curva levemente. Por último, el chapitel es muy apuntado y se compone de alicatados rectangulares bicolores formando dibujo en zig-zag, rematándose las esquinas nuevamente con bolas y cruces (fotos 2 y 3).
El camarín lateral también presenta tres secciones. Las dos inferiores cuadrangulares y la superior octogonal. El ahuecamiento del cuerpo inferior por medio de arco de medio punto y su correspondiente bóveda permite el paso por su interior de un lado al otro del paramento exterior izquierdo de la nave. Pero lo más interesante es la arquitectura pintada desarrollada en los tres cuerpos, reproduciendo cadenas y verdugadas de ladrillos, formando parte de una tradición que nos retrotrae hasta el siglo XVI, que continuará hasta principios del siglo XIX, y que en el XVIII se caracterízará, entre otros, por la simulación de elementos arquitectónicos como los mencionados (foto 4).

Foto 3 Foto 4
A la portada de los pies se accede lateralmente por una pronunciada escalinata. El conjunto es un ejemplo de mezcolanza de estilos, característica común a muchas construcciones monumentales de este momento histórico en nuestra provincia. Así, la portada de ladrillo rojo participa del estilo gótico, del renacentista y del mudéjar. Enmarcando un arco carpanel, se disponen pilastras cajeadas sobre plintos y capiteles jónicos decorados con ovas y pequeños balaustres, que sustentan un entablamento, en cuyo arquitrabe se sitúan motivos decorativos orgánicos en S; mientras que en el friso los modillones alternan con azulejos, mostrando la secuencia clásica de metopa y triglifo. Las enjutas presentan un delicado trabajo de cerámica, con motivos ajedrezados en blanco y negro (foto 5). Sobre esta portada se localiza el vano coral. Existe otra entrada secundaria, abierta en el lateral de la nave del Evangelio y resuelta con arco de medio punto sin ornamentar.
Interior. Como ya hemos referido un poco más arriba, es iglesia de tres naves, más alta y ancha la central, separadas por arquerías góticas de rosca retranqueada, que son sostenidas por pilares cruciformes con una pequeña muesca en las esquinas y capiteles similares a los cimacios medievales (foto 6).
Sus testeros son planos, aunque el del Evangelio se abre con un gran camarín del que hablaremos más abajo. El presbiterio es cuadrangular y a él se accede mediante un gran arco toral también apuntado, cubriéndose con armadura octogonal construida en el siglo XVI y decorada con lazo de a diez (foto 7). De igual manera, el centro de su almizate es un octógono con piña de mocárabes (foto 8). Los ocho faldones están unidos entre si mediante limas mohamares imbricadas con la decoración de lazo. La nave central se cierra con armadura mudéjar también del siglo XVI, reforzada con tirantes dobles de lazo apoyados sobre canes de perfil en S, sin faldones menores ni cuadrales. Se decora, en la parte baja de las gualderas o faldones mayores y en el ángulo que forman con el almizate, por medio de lazo con crucetas y estrellas según el esquema iniciado en la iglesia de Santiago de Málaga (foto 9). Completando esta decoración se extienden las tabicas de faldones guarnecidas de menado a base de estrellas recortadas de ocho puntas. Las naves laterales se cubren por simples armaduras de colgadizo. A los pies de la nave central se ubica el coro, con balaustrada de madera torneada, y el sotocoro, que se cierra con bóvedas de arista, sustentado por arcos fajones que descansan sobre placas recortadas (foto 10).

Foto 7 Foto 8

Foto 9 Foto 10
Tras la restauración llevada a cabo recientemente en sus paramentos interiores, se han descubierto interesantes pinturas al fresco del siglo XVIII, que han venido a compensar, aunque sea en parte, la pérdida de todo su patrimonio mueble en la Guerra Civil. Así pues, en el centro de la nave del Evangelio se abre una hornacina tripartita formada por arcos de medio punto sobre columnas corintias y decorada con pinturas planas silueteadas, donde predominan los ocres, grises y rojos, pero también verdes y restos de azul. Toda la superficie se ornamenta, sin apenas huecos, con hojas de acanto, estrellas y motivos arquitectónicos (foto 11).
Enfrente, en la nave de la Epístola, destaca un nicho central de medio punto con su intradós decorado con hojas de acanto. En el frontal aparece representada una capilla cubierta con bóveda sobre pechinas, pintada con motivos florales tanto estas como las pilastras cajeadas, simulando volumen, que alberga un dosel con cortinaje decorado con flores de lis, rematado en un frontis con la frase "de forti egressa est dulcedo" (del fuerte sale lo dulce) y con el León de Judá representado sobre las montañas simbolizando a Jesús de Nazaret. La hornacina está flanqueada por ángeles que portan símbolos de la Pasión. Esta capilla, por la iconografía que presenta, debió albergar una imagen de Cristo (foto 12).
La iglesia dispone de dos grandes camarines. El que se encuentra en el testero de la nave del Evangelio, llamado del Nazareno, se cubre con bóveda de ocho paños y sencilla decoración geométrica. Posee pequeñas hornacinas en su interior, y el perímetro exterior se rodea por un recercado con motivos de ocho.
El otro es el cercano camarín de la Virgen de la Soledad, octogonal y de menores dimensiones que el anterior, donde se finge un dosel con columnas de mármol y un fondo blanco cubierto de estrellas, a lo que se añade un zócalo de mármol negro (foto 13).
A través de un hueco abierto a los pies de la iglesia, en la nave de la Epistola, se tiene acceso a la capilla bautismal, una pequeña sala de planta triangular, iluminada por una ventana abierta en la fachada suroriental, en cuyo interior se encuentra la pila (foto 14).
Las esculturas que en la actualidad posee la iglesia se tallaron en el siglo XX, destacando el Cristo Crucificado de tres clavos del altar mayor, un San Gabriel, policromado y estofado, una Virgen del Rosario, también policromada, una Virgen de los Dolores, escultura de candelero y un Jesús Nazareno.

Foto 13 Foto 14
Bibliografía
consultada. En Ruta de las Iglesias y Conventos, ver: (003), (010), (015) y (016); y página de la empresa Pablo Pastor Vega y Asociados (sin conexión a la red, al menos a partir de 2025), restauradora de la iglesia en 2013, que ofrecía interesantes noticias sobre las pinturas.
Acceso.
Es muy fácil. Situada en la plaza de la Constitución, es visible desde muchos ángulos. Sus horarios de misa y otros datos los podéis ver en el siguiente enlace.
Conservación.
Museografía. Didáctica. Esta iglesia, como tantísimas otras en la provincia, sufrió las devastadoras consecuencias de la Guerra Civil, perdiendo prácticamente todo su patrimonio mueble incluidos los archivos. A pesar de ello, la restauración a la que ha sido sometida en los últimos años no solo ha conseguido devolverle el mejor aspecto posible, sino que ha sacado a la luz brillantes pinturas murales en los paramentos laterales y en el exterior, así como unas magníficas techumbres mudéjares lucientes como en sus mejores días. Desgraciadamente no existe cartelería informativa histórico-artística, ni horario de visitas o misa expuesto. Tampoco fue posible la visita a la cripta por encontrarse cerrada.
Ubicación.
Coordenadas U.T.M.:
30 S
389847.96 m E
4074990.08 m N
Ubicación en
googlemaps©:

Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 30/01/2015. nº 150. vecmalaga2015©
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