Villa de los Castillones. Campillos (t.m.)

El yacimiento romano de la Villa de los Castillones, también llamado del Cerro de los Castillones, se sitúa a unos 3 kilómetros al sur del núcleo urbano de Campillos, sobre un pequeño montículo amesetado de unos 15 metros de altitud, rodeado por un gran llano (r.r.: 012, pag. 249) sobre cuya ladera sur discurre el arroyo del Chumbo, con un caudal que hoy en día no es relevante, pero que en otros tiempos constituiría sin duda una circunstancia determinante para la elección del lugar como asentamiento (r.r.: 001, pag. 271). Su ocupación, como han demostrado las diversas excavaciones llevadas a cabo a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, ha sido establecida entre el último cuarto del siglo I a.C (época augustea), continuando ininterrumpidamente hasta el siglo II d.C., llegando a superponerse en ocasiones las estructuras arquitectónicas, o construyendo nuevas edificaciones (r.r.: 001, pag. 271). Según Alicia Correia Chacón, el Cerro de los Castillones constituye un exponente mas de la evolución de la poblacion ibérica de la zona hacia la cultura romana (r.r.: 001, pag. 271).

En la actualidad son visibles diversas estructuras murarias. La más importante sería una zona de viviendas con planta rectangular de casi 25 metros de largo con un pasillo central de 1,70 metros de ancho (foto 1) (r.r.: 012, pag. 250) que divide el espacio en dos alineaciones de habitaciones prácticamente iguales (r.r.: 001, pag. 271). Las situadas al sur, bien conservadas, disponen de pavimento de opus signinum y puertas abiertas hacia el corredor (fotos 1 y 2) (r.r.: 001, pag. 271). Las ubicadas al norte presentan un peor grado de conservación, coincidiendo prácticamente en sus medidas con las anteriores, y encontrándose las puertas igualmente orientadas hacia el corredor, pero no enfrentadas (r.r.: 012, pag. 250). Los materiales utilizados fueron piedras irregulares, ladrillos e incluso sillares en las jambas de las puertas (r.r.: 012, pag. 250), con los frentes bien careados y muros de una anchura media de unos 70 cms (fotos 1, 2 y 3) (r.r.: 012, pag. 250). Estos se asentaban a su vez sobre otros de algo más de 1 metro de ancho, levantados con piedras irregulares unidas con barro y con las superficies no careadas (foto 4) (r.r.: 012, pag. 250), a las que Encarnación Serrano Ramos denomina construcciones iberorromanas por el tipo de materiales que aparecen asociados (r.r.: 012, pag. 250), pudiéndose datar desde los comienzos de la época de Augusto hasta mediados del I d.C. cuando se acomete la remodelación del conjunto arquitectónico (r.r.: 001, pag. 271).

Foto 5 Foto 6

Foto 7

Foto 7 Foto 8

Al este de esta estructura y a escasos metros aparecieron varias piletas (r.r.: 012, pag. 250) revestidas de opus signinum (foto 5), así como restos de canalizaciones (foto 6), pudiendo interpretarse como depósitos de almacenamiento de agua para el abastecimiento de las necesidades de la villa (r.r.: 001, pag. 272).

Al norte de la loma, en la parte baja, quedan restos de un muro de contención (foto 7) (r.r.: 012, pag. 250).

Por último, en el sector sur, y apenas excavados, se sitúan unas construcciones de mayor entidad que las del edificio anterior, de paramentos realizados exclusivamente con grandes sillares (foto 8) (r.r.: 001, pag. 272).

Unos 150 metros al noreste del yacimiento, en una zona actualmente cultivada, se yerguen a escasa distancia una de otra, dos curiosas y originales estructuras de factura moderna (foto 09) con estrecha planta cuadrangular y alargado alzado realizado a base de piedras, muchas de ellas extraídas del yacimiento que estamos estudiando, así como con restos de cerámica, unidas con barro y revoco exterior. Su estado de conservación es lamentable, con muchos derrumbes que han dejado al descubierto los materiales con las que se construyeron (foto 10). Una de las torres posee forma de prisma cuadrangular, con un aljibe situado sobre la base de la parte superior. La segunda torre es similar a la anterior, aunque con dos cuerpos añadidos de menores dimensiones, sin aljibe sobre ella y junto a un gran pozo de agua.

Bibliografía consultada. En Ruta de Roma, ver: (001) y (012).
Referencias en texto: (r.r.): ruta de Roma.

¿Cómo llegar?. Ofrece cierta dificultad. Si tomamos la carretera MA-468 que une Campillos con Teba, a algo más de 3 kilómetros dirección Teba, e inmediatamente después de haber sobrepasado un puente sobre el ferrocarril, veremos a la izquierda un promontorio y a su derecha una alargada y plana masa de vegetación que se corresponde con la vereda del arroyo del Chumbo. Dejamos el vehículo por la zona y comenzamos a andar a lo largo de unos 500 metros dirección este hacia la vereda del arroyo para poder llegar al primer promontorio que pasaremos hasta llegar a un segundo de mayores dimensiones donde se encuentra el yacimiento. Enfrente, hacia el noreste, veremos las torres-aljibe.

Museografía. Conservación. Didáctica. Se trata de un yacimiento completamente abandonado y en un alarmante y avanzando proceso de destrucción. Se impone su excavación y posterior difusión dentro de un plan general de puesta en valor del patrimonio arqueológico de la provincia, como ya en otras existe desde hace muchos años.