A lo largo del siglo XIX los países que se fueron incorporando a la Revolución Industrial, con el Reino Unido a la cabeza, lograron aplicar una serie de avances técnicos en la arquitectura y en la ingeniería, que resultaron ser fundamentales en el rápido desarrollo de ambas durante todo el siglo XX, y que supieron responder a las masivas necesidades de habitación, transporte y consumo que para un Occidente en constante crecimiento ecónomico devinieron vitales.
La utilización del hierro, imitando el lenguaje clásico en un primer momento, y creando posteriormente el suyo, resultado de su propia apariencia, fue uno de los grandes avances que permitió desarrollos estructurales que hasta ese momento, con la única utilización de la piedra, eran imposibles. No solo se logran nuevos espacios, sino que su construcción resultaba más económica, por la fabricación en serie de las piezas y la consecuente aceleración del montaje.
La puesta en marcha en 1913 del tren que unía Málaga con Coín obligó a la construcción de puentes de hierro de diverso tamaño donde se utilizó la viga en celosía. Este sistema constructivo influyó decisivamente en el diseño de otros puentes cuya finalidad no fue el ferrocarril sino el tráfico rodado, como es el caso del que nos ocupa, que cruza el río Seco, y que debió ser levantado en las primeras décadas del siglo XX. Con seguridad formó parte de la antigua carretera que unía Coín y Alozaina. Entre sus características, como ya hemos comentado, estaba la utilización de la viga en celosía, generalmente en diagonal, además de otros detalles que lo asemejan al puente de hierro sobre el río Fahala en Cártama. Junto a las vigas, en el lado exterior, se dispuso un paso peatonal protegido con barandilla de hierro. Con forma de paralepípedo, los apoyos se sitúan en ambos extremos del cauce, y se componen de sillares en las esquinas y mampostería fijada con cemento en los cajones.
Acceso.
Es bastante fácil. Desde Coín, por la salida noroeste, a partir del distribuidor en forma de rotonda, tomas la carretera a Alozaina o A-366. En el km. 57 de la misma, o a casi 1,5 km. desde la salida, encontrarás a la izquierda, sobre el río Seco, el puente que nos interesa.
Museografía.
Conservación. Didáctica. Su estado de abandono es absoluto. Resistirá en pie lo que su estructura aguante a la oxidación. Se trata de otra muestra de la arquitectura del hierro que tan bellos ejemplos ha dejado en la provincia. La gente de Coín debe sentirse orgullosa por poseer este bien y proceder a su inmediato rescate.