Inmuebles en Calle Mártires,
nº 5 y 7
Málaga (ciudad)
La calle Mártires aún posee un importante patrimonio inmueble, fundamentalmente de época barroca, a pesar de los últimos destrozos producidos por la construcción del Museo Carmen Thyssen. De esta forma contamos con la iglesia de los Santos Mártires y todo un conjunto de edificios civiles que van desde el siglo XVII hasta el XIX, ejemplos de la evolución de la arquitectura civil y religiosa en esta ciudad a lo largo de más de dos siglos. En esta ficha nos vamos a centrar en los números 5 y 7, el primero construido a finales del siglo XVII y reformado hacia la mitad del siguiente y el segundo de finales del siglo XVIII (foto 1).
Unos inmuebles unidos pared con pared, pero que reflejan dos momentos de la evolución plástica de las pinturas murales de esta ciudad. El primero, que parte de la tradición mudéjar, para evolucionar después hacia formas que introducen la arquitectura como ornamento pictórico, siempre con toda la superficie disponible ornamentada, y el segundo, que refleja la madurez de la arquitectura civil barroca, con originales pinturas de temas fantásticos a candelieri, situados en determinados lugares del muro. Del mismo modo, sus estilos arquitectónicos reflejan la evolución de la casa civil malagueña, donde el nº 5 representa el comienzo de un lenguaje que ofrecerá sus frutos más maduros a partir de la segunda mitado del siglo XVIII, consecuencia de lo cual es el inmueble nº 7.
El nº 5 consta de bajo más dos niveles (foto 2). La planta a nivel de suelo ha sido muy transformada, como ocurre con otros muchos edificios del conjunto histórico, y no quedan restos de pintura. Los dos niveles superiores se separan y señalan mediante línea de imposta. En el primer piso o principal, de mayor altura que el superior, y apoyando sobre lo que sería su correspondiente imposta, se abren tres vanos sin jerarquía focal. Así, el situado más a la izquierda es el mayor y posee cierre de jaula, el central dispone de balcón de frente plano (foto 3) y el de la derecha, el más pequeño, que carece de forjado. Su decoración mural es muy antigua, ya que toma como modelo la tradición mudéjar, por el uso del ladrillo con fuerte llagueado, encadenados y verdugadas y entre ellos los típicos cajones, donde se desarrolla una decoración esgrafiada llamada de escama de pez, gota de agua o lágrima (foto 4), ya usada en el siglo XVI, pero que aquí se inserta claramente en una estructura paramental del siglo XVII. En otros cajones la ornamentación forma un pequeño paramento de cantería fingida. Sobre esta decoración se realizó a mediados del siglo XVIII una actualización o modernización de la fachada, aplicando un nuevo revoco que se pinta con pilastras cajeadas (foto 5), ladrillos fingidos, y otras estructuras, aún más recientes, cercanas a la plástica rococó. Es en el último piso donde se ha conservado esta última ornamentación, superpuesta sobre la descrita para el nivel inferior. Así, el paramento se articula mediante tres vanos rehundidos en el muro y cerrados con arco rebajado, a modo de galería (foto 2). Aquí los recercados de los vanos y los bordes del inmueble se pintan con grandes sillares planos de color ocre, además de pilastras cajeadas en almagra y ocre. El resto del muro se cubre con ladrillo fingido también de color almagra (foto 6).
Foto 3 Foto 4
Foto 5 Foto 6
El inmueble nº 7 es posterior en el tiempo, y ejemplo de la madurez que alcanzó el barroco civil en la arquitectura malagueña. Se compone de bajo y dos niveles más. Aquel ha sido completamente transformado y en la actualidad no queda rastro de la apariencia que en siglo XVIII pudo tener. El piso superior, separado por imposta, es el principal. De mayor altura que el segundo, sus tres grandes vanos denotan la importancia que se le quiso dar, focalizando la atención y jerarquizando los elementos que componen el paramento, cerrándose mediante balcones planos, con barandas de hierro forjado con decoración en S en el centro, además de arbotantes y tornapuntas. Destaca su original decoración pictórica, que como en otros muchos inmuebles, se centra en los recercados y esquinas (foto 7). Los colores utilizados son el gris y el amarillo. El gris se extiende por las bandas perimetrales del recercado y en la ornamentación que se aplica al cajeado o interior de la superficie que queda entre estas, muy próximo a la grisalla, con un conseguido efecto tridimensional. Esta banda se ensancha mediante un quiebro de 90º hacia el tercio último, cubriéndose de la misma manera el dintel (foto 8). En el centro, encima de este, se dispone una placa con volutas y centro ovalado. La decoración es axial, y parte de modelos manieristas, de gran tradición en España, posiblemente tomados de algún grabado, caracterizada por fantásticos jarrones, roleos vegetales, cornucopias, cuernos, putti, mascarones, paños de tela, sirenas, guirnaldas. Las cartelas antes mencionadas tienen motivos dedicados al paisaje, cartografía y música (foto 9). La planta superior con tres vanos más pequeños y balcón plano, repite, más simplificados, similares motivos decorativos. Por encima, el alero se pinta con una fila de dobles círculos con motivos vegetales (foto 10). Por último, los extremos también se cierran, al igual que la planta principal mediante bandas apilastradas decoradas con motivos manieristas (foto 11).
Foto 8 Foto 9
Foto 10 Foto 11
Bibliografía
consultada. En Ruta de las Casas Pintadas, ver: (001) y (002).
Acceso.
Es muy fácil. Los inmuebles se encuentran en la calle Mártires, que está a la izquierda del Museo Carmen Thyssen, que a su vez está a escasos metros de la plaza de la Constitución.
Conservación.
Museografía. Didáctica. El inmueble nº 5 ha sido restaurado hace poco tiempo, respetándose, al parecer, su interior, ya que se ha integrado como dependencia del Museo Carmen Thyssen. Su magnífico exterior luce maravillosamente y es un portento de recuperación para un paramento exterior con tan larga y cambiante historia. El nº 7 fue restaurado con anterioridad, aunque ahora parece que va a ser sometido a nuevos trabajos de rehabilitación, que van a afectar tanto al exterior como al interior. Esta calle, la de los Mártires, posee una riquísima historia monumental, de la que aún es posible admirar algunos de sus edificios, que intentaremos ir exponiendo en fichas posteriores. No existe información alguna de tipo histórico-artístico ni de ningún otro junto a estos edificios, cosa que como ya sabemos es la tónica general de esta ciudad.
Ubicación.
U.T.M.: 30 S
372919.33 m E
4064941.03 m N
La calle Mártires aún posee un importante patrimonio inmueble, fundamentalmente de época barroca, a pesar de los últimos destrozos producidos por la construcción del Museo Carmen Thyssen. De esta forma contamos con la iglesia de los Santos Mártires y todo un conjunto de edificios civiles que van desde el siglo XVII hasta el XIX, ejemplos de la evolución de la arquitectura civil y religiosa en esta ciudad a lo largo de más de dos siglos. En esta ficha nos vamos a centrar en los números 5 y 7, el primero construido a finales del siglo XVII y reformado hacia la mitad del siguiente y el segundo de finales del siglo XVIII (foto 1).
El nº 5 consta de bajo más dos niveles (foto 2). La planta a nivel de suelo ha sido muy transformada, como ocurre con otros muchos edificios del conjunto histórico, y no quedan restos de pintura. Los dos niveles superiores se separan y señalan mediante línea de imposta. En el primer piso o principal, de mayor altura que el superior, y apoyando sobre lo que sería su correspondiente imposta, se abren tres vanos sin jerarquía focal. Así, el situado más a la izquierda es el mayor y posee cierre de jaula, el central dispone de balcón de frente plano (foto 3) y el de la derecha, el más pequeño, que carece de forjado. Su decoración mural es muy antigua, ya que toma como modelo la tradición mudéjar, por el uso del ladrillo con fuerte llagueado, encadenados y verdugadas y entre ellos los típicos cajones, donde se desarrolla una decoración esgrafiada llamada de escama de pez, gota de agua o lágrima (foto 4), ya usada en el siglo XVI, pero que aquí se inserta claramente en una estructura paramental del siglo XVII. En otros cajones la ornamentación forma un pequeño paramento de cantería fingida. Sobre esta decoración se realizó a mediados del siglo XVIII una actualización o modernización de la fachada, aplicando un nuevo revoco que se pinta con pilastras cajeadas (foto 5), ladrillos fingidos, y otras estructuras, aún más recientes, cercanas a la plástica rococó. Es en el último piso donde se ha conservado esta última ornamentación, superpuesta sobre la descrita para el nivel inferior. Así, el paramento se articula mediante tres vanos rehundidos en el muro y cerrados con arco rebajado, a modo de galería (foto 2). Aquí los recercados de los vanos y los bordes del inmueble se pintan con grandes sillares planos de color ocre, además de pilastras cajeadas en almagra y ocre. El resto del muro se cubre con ladrillo fingido también de color almagra (foto 6).
El inmueble nº 7 es posterior en el tiempo, y ejemplo de la madurez que alcanzó el barroco civil en la arquitectura malagueña. Se compone de bajo y dos niveles más. Aquel ha sido completamente transformado y en la actualidad no queda rastro de la apariencia que en siglo XVIII pudo tener. El piso superior, separado por imposta, es el principal. De mayor altura que el segundo, sus tres grandes vanos denotan la importancia que se le quiso dar, focalizando la atención y jerarquizando los elementos que componen el paramento, cerrándose mediante balcones planos, con barandas de hierro forjado con decoración en S en el centro, además de arbotantes y tornapuntas. Destaca su original decoración pictórica, que como en otros muchos inmuebles, se centra en los recercados y esquinas (foto 7). Los colores utilizados son el gris y el amarillo. El gris se extiende por las bandas perimetrales del recercado y en la ornamentación que se aplica al cajeado o interior de la superficie que queda entre estas, muy próximo a la grisalla, con un conseguido efecto tridimensional. Esta banda se ensancha mediante un quiebro de 90º hacia el tercio último, cubriéndose de la misma manera el dintel (foto 8). En el centro, encima de este, se dispone una placa con volutas y centro ovalado. La decoración es axial, y parte de modelos manieristas, de gran tradición en España, posiblemente tomados de algún grabado, caracterizada por fantásticos jarrones, roleos vegetales, cornucopias, cuernos, putti, mascarones, paños de tela, sirenas, guirnaldas. Las cartelas antes mencionadas tienen motivos dedicados al paisaje, cartografía y música (foto 9). La planta superior con tres vanos más pequeños y balcón plano, repite, más simplificados, similares motivos decorativos. Por encima, el alero se pinta con una fila de dobles círculos con motivos vegetales (foto 10). Por último, los extremos también se cierran, al igual que la planta principal mediante bandas apilastradas decoradas con motivos manieristas (foto 11).
