El conjunto formado por el edificio que asoma a calle Compañía y el gran patio interior, fue construido, como ahora veremos con más detenimiento, a mediados del siglo XIX, y ambos conformaban el llamado Parador de San Rafael que estuvo en uso hasta la primera mitad del siglo XX.

El inmueble situado en calle Compañía fue realizado en 1847 por el arquitecto Cirilo Salinas Pérez (1804-1878). Su estilo es neoclásico, aunque incorpora influencias de un incipiente eclecticismo, del barroco clasicista palaciego, así como de la arquitectura barroca civil de finales del siglo XVIII y principios del XIX, característica de Málaga.

Su amplia fachada queda dividida en tres secciones, respectivamente separadas entre si por cornisa y entablamento. El nivel inferior se compone de planta baja, muy transformada, y entreplanta de grandes vanos cuadrangulares, separados por pilastras, y del nivel superior por una cornisa compuesta por pequeñas placas rectangulares decoradas de forma axial con roleo en las esquinas y copa con motivo palmiforme en el centro rodeado de un círculo. Sobre esta se dispone el segundo cuerpo, que es el principal, de dos niveles con vanos rectangulares protegidos con barandas planas de hierro forjado entre pilastras cajeadas de orden gigante-toscano. Los vanos se recercan completamente. Los de la primera planta realizados con piedra artificial compuesta por pilastras cajeadas y sobredintel y los de la segunda de tipo cabeto o nacela (cuarto de círculo cóncavo). Sobre este nivel se dispone un impresionante entablamento de orden dórico, con arquitrabre, friso con metopa lisa y triglifo y cornisa. El último nivel, mucho más sencillo, actúa a modo de ático y se compone de vanos escarzanos entre resaltes lisos a la manera de fustes de pilastra. Una de las hornacinas alberga una escultura de bulto redondo que representa a un león, alusíon al promotor del inmueble: León Bendicho.

Así pues, a la enorme horizontalidad de la fachada, se opone la verticalidad de las pilastras situadas entre cada fila de vanos desde la planta baja hasta el ático, pero resueltas con distinto estilo. La planitud del conjunto, unida a la utilización jerárquica de los niveles, siendo más importantes la primera y la segunda planta que el resto, separadas por pilastras de obra, no de piedra, cuyo cajeado se resalta mediante el bicromatismo, es característica de la vivienda barroca de finales del siglo XVIII, pero también la fuerte presencia del entablamento, así como el mismo ritmo de las mencionadas pilastras centrales, nos recuerdan el barroco clasicista palaciego como por ejemplo el del Palacio Real de Madrid o del Palacio del Louvre de París. Por último, los recercados de piedra artificial del primer nivel nos acercan a la arquitectura burguesa de la segunda mitad del siglo XIX donde se adoptó un estilo decorativo mucho más tridimensional, que aquí juega aún un discreto papel.

Desde el inmueble se accede a través de un pasaje cubierto de unos veinte metros de longitud, a un gran patio porticado. Edificado en 1865, desconocemos su autor. Fue construido sobre un solar procedente de los derribos de la muralla. De planta rectangular, está cubierto por una armadura de cerchas de madera sobre tirantes, reforzada posteriormente con cercos de hierro. Su alzado se distribuye en tres niveles. En la planta baja gruesos pilares sobre arcos de medio punto con tondos (hoy iluminarias) entre las enjutas. En el primer piso arcos carpaneles sobre columnas de piedra, que proceden probablemente del desamortizado Convento de la Merced, labradas en el siglo XVI, y cuya galería se proteje con barandal plano de hierro forjado. En este nivel se situaban parte de las habitaciones del parador. Sobre los mencionados arcos corre un friso de palmetas y por encima de este ventanas termales o semicirculares que corresponderían al tercer nivel. Existe también un segundo patio cuadrangular de tres plantas, con galerías perimetrales que daban a las habitaciones. Destacan las columnas sobre zapatas del primer nivel. En uno de sus lados se abre una escalera de tipo imperial, con arcos apoyados sobre pedestales y columnas. Por último, destacar un tramo alargado perpendicular al patio principal con salida a la calle Arco de la Cabeza.

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Bibliografía consultada. En Ruta del Siglo XIX, ver: (002), (004); Decreto 297/2010, de 18 de mayo, por el que se inscribe en el C.G.P.H.A., como B.I.C., con la tipología de Monumento (B.O.J.A. nº 110 de 07/06/2010).

Cómo llegar. Es muy fácil. Se encuentra en pleno Centro Histórico. Podéis acceder por la plaza de la Constitución y tomar la calle Compañía. Pasaréis junto al Museo Carmen Thyssen, continuando recto unos 100 metros. O bien entráis por el otro lado, por Puerta Nueva (junto a la margen izquierda del río Guadalmedina, justo al inicio de la calle Carretería) a solo 20 metros. Para poder acceder al interior del parador lo mejor es ir por la mañana en horario de oficina, ya que en la actualidad lo ocupa un organismo público. No es seguro que los sábados por la mañana se encuentre abierto. El teléfono de contacto es 952129300.

Museografía. Conservación. Didáctica. El conjunto fue recuperado hace algo más de una década, ofreciendo en la actualidad un magnífico aspecto que esperemos dure muchos años. Tanto el inmueble como las instalaciones del antiguo parador se encuentran en uso, lo que favorece su conservación. En todo caso, el conjunto es excepcional, ejemplo inmejorable de la arquitectura de la mitad del siglo XIX.

Ubicación. Coordenadas U.T.M.:
Inmueble en calle Compañía nº 40:
30 S
372794.55 m E
4064923.53 m N

Parador de San Rafael:
30 S
372796.29 m E
4064949.59 m N

Ubicación en googlemaps©:
 

Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 19/01/2016. nº 201. vecmálaga©

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