La Vía Crucis, o Camino de la Cruz, o Estaciones de la Cruz o Vía Dolorosa, es una tradición católica cuya generalización tiene lugar durante el siglo XVII, y que rememora el sufrimiento de Jesús por nuestra salvación camino del calvario. Para saber más sobre este aspecto de la cultura occidental podéis consultar la web: www.devocionario.com.
En esta ficha destacaremos dos estaciones con forma de hitos: uno llamado El Calvario y el otro muy cercano, con forma de pedestal que representa la estación nº XIII.
El Calvario se encuentra situado en la entrada este del pueblo, sobre un promontorio, constituyendo la última estación del Vía Crucis. Construido con ladrillos moldeados dispuestos en placas decrecientes, formas onduladas e hiladas alternadas, unas veces cóncavas y otras convexas, se remata con tres pináculos sobre los que se disponen sendas cruces, resultando una composición vertical realizada con módulos horizontales, dando lugar a una interpretación curiosa del barroco final, por lo que lo dataremos en el siglo XVIII, donde se busca un intenso movimiento, casi un estremecimiento de los materiales, evitando elementos clásicos de la composición como las columnas y rompiendo formalmente con siglos de tradición occidental. Es la hornacina semicircular la que cristianiza el hito, la que le resta abstracción. Formando parte de esta zona monumentalizada y delante de El Calvario se dispone una gran era perfectamente conservada, cuyo suelo está formado por cantos
rodados de mediano y pequeño tamaño dispuestos radialmente,
donde hasta hace no muchos años los lugareños trillaban y venteaban el grano. Muy cerca se dispone la estación nº XIII, que tiene forma de pedestal o de pilar cuadrangular sobre una basa moldurada, todo ello construido igualmente de ladrillo, en este caso enfoscado, con hornacina semicircular en su parte superior. Como hace observar Eduardo Asenjo en su obra Urbs Picta, a pesar de encontrarse encalada en la actualidad se observa el dibujo inciso de las formas geométricas que en su día estuvieron pintadas de diferentes colores.
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Bibliografía
consultada. En Ruta del Barroco, ver:
(001); en Ruta de las Casas Pintadas, ver: (001)
Acceso.
Es muy fácil. Si se entra al pueblo por la carretera A-7101, previa la A-355 proveniente de Coín, pasada la aceitera Mudéjar Aceite de Oliva de Monda nos encontramos una cerrada curva a la izquierda que da acceso directo al pueblo. A algo más de 100 metros a la izquierda se abre en cuesta la calle Calvario que permite el acceso directamente a los tres bienes culturales estudiados.
Conservación.
Museografía. Didáctica. Tanto el Calvario como el hito para la Vía Crucis se encuentran encalados en su totalidad. Resulta evidente que ambos monumentos no fueron así originalmente escondiendo bajo esas capas blancas una antigua historia que sería interesante estudiar con técnicas arqueológicas. El Calvario sufre de grietas por algún sector de la base, por lo que debería ser reparado. Asimismo, los acostumbrados repintes no deberían contribuir al contínuo redondeamiento de las iniciales formas barrocas, por lo que tendría que utilizarse tecnología que cuidase estos aspectos. Algo similar ocurre con el cercano Vía Crucis, aunque en este caso el deterioro es mayor. En cuanto a la era, esta ofrece un buen aspecto, sin desperfectos preocupantes.
Ubicación.
U.T.M.: Posición del Calvario:
30 S
336643.02 m E
4055588.47 m N