Erguida sobre el cerro de San Cristóbal, exenta y solitaria, la ermita de Nuestra Señora de los Remedios (foto 1) se presenta como uno de los referentes visuales de la ciudad de Vélez-Málaga junto con la Fortaleza situada en otro cerro cercano al de la ermita.
Esta centralidad icónica, por su inmejorable situación, añade interés por un templo que de otra forma pasaría bastante más desapercibido, teniendo el cuenta el palpable exceso en el proceso de restauración que ha borrado cualquier pátina en los muros exteriores que pudiera haber sobrevivido al paso del tiempo.
Su construcción se lleva a cabo a lo largo del siglo XVII. Es en 1681 cuando el obispo fray Alonso de Santo Tomás impulsa las obras en la sacristía y en la capilla mayor (r.i.: 010, pag. 394). La decoración interior es un poco más tardía, de la primera mitad del siglo XVIII, y el camarín del final de la misma centuria. El ejército napoleónico procuró su destrucción, y no fue hasta 1888 cuando se iniciaron las obras de restauración (r.i.: 010, pag. 395). Más tarde, durante la Guerra Civil, su patrimonio mueble fue destrozado sin piedad, restándonos algunas pinturas parietales que comentaremos más abajo. Por último, los frescos que el pintor veleño Evaristo Guerra realizó entre 1995 y 2007 en los desnudos muros interiores del templo han supuesto la definitiva "resurrección" de este monumento convirtiéndolo en un centro de visita ineludible para el viajero cultural.
Foto 2 Foto 3
El exterior se caracteriza por sus grandes volúmenes cúbicos que reproducen la distribución espacial del interior. En la actualidad lo vemos enjalbegado (fotos 1 y 3), pero cuando consultamos las fotografías del archivo Temboury, observamos en algunas esquinas restos de lo que pudieran haber sido pinturas simulando ladrillos, algo no extraño en la arquitectura española de los siglos del barroco, o bien propiamente ladrillos.
Por otra parte, el aspecto murario o cerrado del templo queda sofocado por el pórtico situado en el lado de la Epístola compuesto por cuatro arcos de medio punto con señalada imposta (foto 3) que dan paso a un pequeño nártex, tratado decorativamente como un patio (foto 2), previo al acceso lateral del templo. Además, el piso superior de este pórtico se abre al exterior con grandes vanos rectangulares enrejados que lo acercan mucho a la casa civil (foto 1).
La sencilla disposición decorativa de la portada de los pies, acorde con el conjunto, se compone de arco de medio punto con recercado ligeramente destacado del muro y clave e impostas resaltadas. Por encima se sitúa una discreta cornisa, base de una vacía hornacina de arco rebajado, y sobre esta un vano coral en forma de óculo. Todo ello entre simuladas pilastras rematadas por frontón triangular. En los extremos de la cornisa, sobre pedestales, se exponen sendos pináculos con bolas. Por último, la fachada se remata con una sencilla espadaña descentrada hacia el lado del Evangelio, de doble arquería y remate con frontón triangular y bolas en las esquinas (foto 3). La cubierta se cierra con tejado a doble agua.
Interior. La planta es de cruz latina con los dos brazos del crucero y la capilla mayor de igual profundidad, y sus testeros de fondo plano, aproximadamente la mitad de la superficie que ocupa la cúpula del crucero.
La nave se cubre con bóveda de medio cañón con lunetos y arcos fajones sobre sencillo entablamento y pilastras (foto 4). La cúpula del crucero es semiesférica sobre pechinas (foto 6). Posee coro a los pies (foto 4).
El altar mayor se ha vestido con un retablo neobarroco (foto 5), en cuya calle central se abre un camarín, obra de 1790, que pudo ser realizado por José Martín de Aldehuela (r.i.: 010, pag. 395). Así es como lo describe Rosario Camacho: "La planta es cuadrada con ornato rococó y pilastras en los ángulos, se cubre con bóveda semiesférica sobre pechinas, decorándose cada segmento con pilastras cajeadas, espejos unidos por bandas, y capiteles avolutados con querubines. En el centro se dispone una macolla vegetal" (r.i.: 010, pag. 395).
Foto 7 Foto 8
El patrimonio mueble que ha llegado hasta nuestros días supone una mínima parte del que poseyó la ermita, ya que han desaparecido retablos, esculturas, rejerías, lámparas, en fin prácticamente todo. Sólo se han salvado, además del mencionado camarín, las pinturas parietales situadas en la cúpula del crucero, los intradós de los arcos torales, restos en los muros laterales de la capilla mayor y dos pinturas en los lunetos semicirculares, así como otra en el crucero.
Las de la cúpula del crucero constan de una balaustrada en su base, detrás de la cual se disponen angelitos tocando música, algunos portan instrumentos musicales, otros la letra de la composición y un tercer grupo símbolos marianos. En el centro de la bóveda se sitúa un pinjante, también pintado, con motivo floral. Del mismo modo nos ha llegado la decoración pictórica de los intradós de los cuatro arcos torales con formas enlazadas poligonales, mixtilíneas y semiorgánicas de color ocre y fondo rojizo que se repiten con un ritmo A, B, A, B, y así a lo largo de todo el intradós, excepto en los extremos donde se representan angelitos. Las pechinas se decoran con medallones de los escudos episcopales, de la ciudad, y retratos de Felipe V y María Luisa de Saboya (r.i.: 010, pag. 395), rodeados por anchos roleos y motivos orgánicos (foto 6).
Pequeños restos de pinturas con motivos florales se han recuperado en ambos laterales de la parte del muro de la capilla mayor más cercana al crucero. Su estilo es ingenuo, podríamos decir que naif, y podrían formar parte de un cortinaje fingido con decoración estampada, como sugiere la franja vertical pintada que separa un dibujo del otro, visible en el muro de la derecha (foto 7). Algo similar ya vimos en la iglesia de Santiago de Antequera. La datación es difícil aunque podríamos situarla dentro del proceso de restauración de 1888.
Los tres lunetos del altar mayor y lateral del crucero representan temas marianos, como el de Santa Ana enseñando a leer a la Virgen (foto 8), de clara influencia murillesca. En el segundo luneto el asunto son los Desposorios de la Virgen y en el tercero la Presentación de María en el Templo, también de inspiración murillesca, con un total de cinco figuras, donde el templo se identifica mediante tres grandes peldaños y al fondo un muro clásico abierto con vano abierto. Por su escasa calidad podría tratarse de un pintor local que trabajó en la ermita hacia finales del siglo XVII, o principios del XVIII.
Pero lo más espectacular y brillante de este templo es el gran fresco (fotos 9 y 10) que el pintor veleño Evaristo Guerra ha creado para, como el mismo dice en su página web: "Hacer los muros transparentes" para que la Virgen de los Remedios pueda ver a través suyo los paisajes de la Axarquía. Los paisajes representados se corresponden con los alrededores de la Ermita. En la parte baja de los muros se representan monumentos y oficios tradicionales, de Vélez Málaga. En la parte superior se representan escenas religiosas y marianas.
Bibliografía
consultada. En
Ruta de las Iglesias y Conventos, ver:
(010).
Referencias en texto: (r.i.): ruta de las Iglesias y Conventos.
¿Cómo llegar? El acceso es muy fácil. Si venimos desde el sur entramos en Vélez-Málaga por la avenida Vivar Téllez donde llegaremos hasta una rotonda. Tomaremos la calle orientada al norte para encontrarnos inmediatamente con la plaza San Roque y unos metros más arriba con la pequeña plaza del Trabajo (más bien un cruce de calles), donde giraremos a la izquierda para pasar por la calle Esperanza o la calle Lope de Vega. La primera a la derecha es la calle Arroyo San Francisco que transcurre por detrás del convento San Francisco. Seguimos unos metros por la misma vía que más arriba cambia de nombre a Arroyo de la Molineta. A unos pocos metros a la derecha iniciamos la subida a la ermita, ya perfectamente visible, por la calle Cristo del Cerro. Los horarios de visita son de martes a domingo de 09:30 a 13:00 horas y de 15:30 a 18:00 horas. Tiene página web donde se facilita el teléfono (952506166) y alguna otra información.
Conservación.
Museografía. Didáctica. El estado de conservación del patrimonio que ha podido llegar hasta nuestros días es más que aceptable. Se ha llevado a cabo un delicado trabajo de recuperación de las pinturas parietales, aunque echamos de menos la limpieza de las de los lunetos superiores. Además, con los frescos de Evaristo Guerra, un acierto que pocas veces sucede, la ermita ha recuperado belleza, color y riqueza, que la han convertido en un monumento de imprescindible visita.
Ubicación (Google Earth): |
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Coordenadas U.T.M. |
Grados, minutos, segundos. |
Grados decimales. |
Grados, minutos decimales. |
30 S
402016.10 m E
4071229.66 m N
|
36º46'54.49'' N
4º05'53.12'' O
|
lat. 36.781802º
long. -4.098090º |
36º46.908' N
4º5.885' O |
Ubicación en
googlemaps©:
Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 14/03/2017. nº 272. vecmálaga©
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