La llamada "Torre de la Atalaya"· es una de las pocas torres vigías situadas en el interior de la provincia de Málaga que han logrado llegar hasta nuestros días, encontrándose situada a gran altura y en un punto intermedio entre el Boquete de Zafarraya y la costa. El mencionado Boquete, durante el período de ocupación andalusí, era un punto estratégico por ser paso obligado desde Granada a Vélez, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XIV cuando el reino nazarí de Granada comenzó a sentir cada vez más cercana la presión militar cristiana. En un momento posterior, a partir del siglo XVI, las amenazas interiores habían desaparecido, pero surgen las exteriores a través del mar, ya que la costa se había convertido en la frontera del reino, defendiéndose mediante torres y demás baluartes.
Este devenir histórico puede explicar tanto las transformaciones sufridas por la torre como el mismo hecho de su supervivencia hasta nuestros días, ya que como afirman Mariano Martín García y Luis Miguel Aguilera Peragalo en su artículo Torres atalayas del interior de la provincia de Málaga (r.d.: 021a, págs. 51-60): "Es el único ejemplo de torre atalaya del interior que siguió siendo utilizada después de la conquista".
En cuanto a su estructura, la planta es circular, el perfil cilíndrico y el cuerpo macizo en aproximadamente 2/3 del largo, para a continuación estrecharse ligeramente formando una especie de éntasis o estrechamiento. Con una altura de unos diez metros (r.d.: 021a, págs. 59), su contrucción se realiza a base de mampostería de piedra ancha y careada formando hiladas, a veces interrumpidas por una amalgama de piedras que quizá correspondan a reparaciones posteriores, con relleno de lascas más delgadas, utilizándose ladrillo con esta última función solo en el extremo superior. El enfoscado se realizó con mortero de cal (r.d.: 021a, págs. 59), quedando restos en amplias secciones del paramento, aunque ha desaparecido en buena parte del tramo orientado al este y en el tercio superior.
La ventana de acceso, situada como era lógico en altura, se encuentra orientada al sur, con las jambas de ladrillo y restos del dintel que la cerrarían. Sobre ella se observa cómo sobresale el mampuesto, de lo que se deduce la existencia de un matacán que protegería el vano.
Bibliografía
consultada. En
Ruta de las Defensas, ver: (021a).
Referencias en texto: (r.d.): ruta de las defensas.
Acceso.
Es complicado. Tenemos dos opciones y ambas por carreteritas y caminos de tierra de montaña.
Para la primera deberéis tomar la salida de Vélez-Málaga hacia la Viñuela (A-356) dirección norte. A la altura del cruce para Triana y Benamargosa giráis en dirección a estas localidades. A menos de un kilómetro a la derecha comienza la carretera hacia un centro budista (está indicado). Se trata de un camino largo y serpenteante hasta el centro religioso. Muy cerca se erige la estupa budista, desde donde es visible la torre.
La segunda opción, y que conozco mejor porque es la que utilicé, comienza en la misma carretera mencionada anteriormente (A-356) pero a la altura del pantano de La Viñuela. Pasado el kilómetro 34 dirección noroeste, encontraréis una rotonda con indicaciones hacia "Los Romanes". La tomáis y comenzáis a subir montaña. A unos 500 metros veréis una señal a la izquierda indicando "Camino de los Montes". La cogéis y prácticamente sin desviaciones durante 4 kilómetros deberéis dirigiros por una carretera muy estrecha, a veces asfaltada, otras de tierra (no vayáis en temporada de lluvia), con muchas curvas e inclinación. Siempre habrá alguien por el camino que os puede ayudar a orientaros en el caso de que os despistéis, aunque no parece probable ya que el camino principal es el que lleva hacia la torre. Los últimos metros hasta ella son impracticables para un turismo, que en su caso deberéis dejar al comienzo de la empinada cuesta de acceso.
Museografía.
Conservación. Didáctica. La torre debe ser restaurada con carácter de urgencia. El desmochamiento de la sección superior y las grietas en su paramento ponen en peligro su supervivencia, por lo que se debe actuar sin dilación. Esta torre es un hito, visible desde numerosos lugares y a gran distancia, y simboliza la pervivencia en la memoria colectiva de que este territorio y las gentes que lo habitaron estuvieron en guerra durante siglos. No costaría mucho dinero asegurarla. Por cierto la cartelería vertical situada junto a la torre se encuentra muy deteriorada, debiendo ser sustituida por una nueva.