Inmueble en Calle Carretería nº 42
Málaga (ciudad)
Las pinturas del inmueble nº 42 de calle Carretería fueron recuperadas hace muy pocos años. El edificio que las alberga se compone de planta baja más dos alturas, ofreciendo dos paramentos al exterior, uno a calle Carretería, el principal, y otro a la Puerta de Antequera. Se asienta sobre lo que fue el sector noroeste de la muralla musulmana, derribada a lo largo del siglo XIX. Por esta y otras razones que más abajo expondremos, creemos poder datar claramente tanto el inmueble como sus pinturas hacia la primera o segunda década de ese siglo, confirmando una vez más la longevidad del ornamento pictórico en el exterior de las viviendas, que sólo desapareció con la irrupción de los nuevos estilos arquitectónicos que, como el eclecticismo, rompieron con la tradición, repintándose las fachadas, por lo que prácticamente desapareció aquella ciudad cuyos muros estuvieron repletos de representaciones plásticas, que por otra parte con el paso del tiempo terminó olvidando su historia.
El modelo arquitectónico de este inmueble continúa siendo el barroco, ya maduro en esta época. Como ocurre en muchas otras fincas históricas de esta ciudad la estructura de la planta baja ha sido muy transformada, por lo que es difícil hablar de ella con fiabilidad, aunque podríamos aventurarnos a decir que la fachada que da a calle Carreteríaconstaría de dos vanos dispuestos al mismo nivel que los de los pisos superiores, disponiendo de un gran portón, posiblemente con dintel y jambas de piedra, y de un vano rectangular a su lado, con rejería de hierro forjado. El flanco de Puerta de Antequera parece que conserva mejor la disposición original de sus vanos, aunque son evidentes ciertas correcciones sufridas tras la última restauración.
Los dos pisos superiores poseen similar altura. El lado de calle Carretería (foto 1) tiene dos vanos por planta, separados entre si, cercanos a las esquinas y dejando en el centro bastante muro libre, aunque respetando la axialidad. El primero o principal destaca por tener los vanos algo más anchos que el superior y un balcón corrido de frente plano con arbotantes. Las barras de la barandilla son de hierro forjado y sección cuadrada, decorándose con dados en su mitad y sencillos motivos curvos en sus tercios. Los del piso superior se cierran mediante pequeñas barandas, tambien de hierro forjado. La separación entre cada piso se realiza mediante imposta de listel.
En la fachada que da a la Puerta de Antequera no rige la misma axialidad (foto 2). Los vanos se desplazan hacia el fondo, dejando una gran sección de muro libre, similar disposición a la que encontramos en el edificio de la calle Torregorda esquina calle Panaderos. Los más cercanos a la siguiente finca son grandes y se encuentran protegidos con cierre de jaula, aunque la meseta de cerámica y sus apoyos de forjado han desaparecido con la última restauración. Un poco a su derecha, dos pequeños vanos, también con rejería, se sitúan uno debajo del otro, pero sin respetar la división por pisos impuesta por el listel. Así, uno se abre en medio de la línea de imposta, rompiéndola, entre la planta baja y la primera, y el otro apoya su guardapolvos bajo la imposta de la segunda.
La decoración plástica de las fachadas se realiza con colores muy poco usuales como el verde para los sillares, recercados y frontones, o el salmón para el fondo del paramento; y con un gris llamado panza de burra, que sí es más común en la decoración plástica de los inmuebles barrocos.
Los dos pisos superiores de la fachada de calle Carretería se enmarcan en sus esquinas con pinturas texturales que reproducen grandes sillares almohadillados de color verde, de conseguida tridimensionalidad, y a imitación del mármol veteado. Sus generosas dimensiones y la forma en la que están dispuestos recuerda las esquinas de los paramentos del edificio de la Aduana construido a finales del siglo XVIII, que influyó decisivamente en la arquitectura burguesa que por aquel entonces se levantaba en la ciudad, tanto en la ornamentación real, como en este caso en la fingida. En cuanto a los recercados de cada vano, se pintan del mismo color que el almohadillado, en esta ocasión planos, cubriendo tanto la jamba como el dintel, mediante dobles franjas rectas separadas por una delgada línea gris. El remate de estos se hace con frontón curvo partido, cuyos lados terminan en volutas hacia dentro. En el centro se dispone una cruz, posiblemente de Sobrarbe, con tres cordones que parten de esta. Entre los vanos del primer piso se dibuja en tonos grises una figura femenina que lleva puesto un vestido camisero drapeado, de gran escote, encajes y mangas cortas (foto 3), con un más que interesante tratamiento de la línea, el color y las texturas (véase el trabajo del encaje), propio de la moda napoleónica de la primera década del siglo XIX. La figura, de rostro enhiesto y severo, tiene cerrados los ojos y posee un trabajado peinado de ondas, portando en su mano derecha una gran copa, y sosteniendo con ambas un largo y ondulante pañuelo. Podría tratarse de la diosa de la mitología griega Hebe, que lo era de la juventud, y que también fue la ayudante de los dioses llenando sus copas con néctar, por lo que podríamos enlazar en este punto con el mundo del vino (y más aún con el del vino dulce de Málaga, conocido internacionalmente) y establecer una relación entre los dueños del inmueble y la viticultura, como productores, pero también vendedores o comercializadores. Por la posición de la figura, posiblemente estuviera sobre un pedestal, como ocurre con las otras tres que se conservan. Justo en el piso superior y rodeada por una gran moldura pintada en verde encontramos una figura femenina (según informa la empresa restauradora Aetos Restaura, S.L.) de medio busto apoyada sobre un pedestal (foto 4). Se encuentra solamente esbozada y parece que toca un instrumento que podría ser una lira, lo que la acercaría a la figura de la ninfa de la música Euterpe.
Los extremos del paramento de Puerta de Antequera también se enmarcan con grandes sillares almohadillados, pintándose los mismos recercados y frontones para los dos vanos con cierre de jaula, mientras que para las ventanas pequeñas se dispone una simple banda del mismo tono verdoso general. Apoyándose en la imposta del primer piso se dibuja un pedestal hexagonal en perspectiva inversa sobre el que aparece otra figura similar a la descrita como diosa Hebe (foto 5), que también porta una gran copa, pero en este caso vistiendo una palla romana, que es como un echarpe o manto y un gran pañuelo ondeante. La figura inclina ligeramente la cabeza hacia su derecha, con expresión melancólica. Por último, en el segundo piso, bajo un gran molduraje rectangular pintado, sólo nos ha llegado, situado en su esquina derecha, un pedestal y unas formas curvas e indefinidas sobre ella.
Pensamos que el programa iconográfico era mucho más extenso y, o bien nunca se llegó a terminar o buena parte de él se ha perdido por el transcurso del tiempo. De todas formas, llama poderosamente la atención la iconografía, que se relaciona con la música, el vino y la juventud. Más arriba sugerimos la posibilidad de un lugar relacionado con el negocio del vino, de los que en Málaga hubo un buen número; pero también pensamos en la posibilidad de un edificio dedicado a reuniones sociales o de grupo, tradición que desde Roma (como el edificio tardoimperial de El Molinete en Cartagena) pudo haber saltado a estas primeras décadas del siglo XIX, quizás a través de la efímera ocupación francesa (lo que explicaría que la iconografía no se terminara), pero en todo caso gracias a la revitalización que desde las clases altas se hizo del período clásico. Lo cierto es que, independientemente de estas especulaciones, la recuperación de este edificio nos ha ayudado a conocer las últimas manifestaciones de esta maravillosa tradición de las casas pintadas, que a lo largo de varios siglos iluminó la vida de Málaga.
¿Cómo llegar?Es muy fácil. Si entras por la margen izquierda del río Guadalmedina a la calle Carretería, lo encontrarás en la acera derecha a poco más de cien metros.
Conservación.
Museografía. Didáctica. Recuperada para la ciudad hace unos pocos años, exclusivamente por la iniciativa privada, ha venido a sumarse al aún escaso número de inmuebles barrocos que muestran sus muros pintados. Debido a lo reciente de su restauración apenas hay documentación escrita sobre el mismo. Como en todas las demás viviendas estudiadas, carece de paneles con información de carácter histórico-artístico.
Ubicación.
U.T.M.: 30 S
372829.25 m E
4065069.63 m N