contador de visitas Hacienda San José: Palacio, Noviciado, Invernadero de Hierro y Colección Romana. Málaga (ciudad)
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Hacienda San José: Palacio, Noviciado, Invernadero de Hierro, Colección Romana y Albercón
Málaga (ciudad)

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Foto 1El mejor estudio publicado que he logrado encontrar sobre la Hacienda es el de Manuel Morales Muñoz: Uso y abuso de los tópicos en historia: la Hacienda de San José (Málaga) (ver más abajo: bibliografía consultada: Ruta de los Palacios 002) donde se aclara el entramado de propietarios que tuvo la finca hasta casi la actualidad, y que constituye una parte de los argumentos que a continuación se exponen.

Noticias de la Hacienda tenemos desde finales del siglo XVII, cuando se le llamaba Hacienda Nadales o de Aguirre. Los primeros propietarios de los que tenemos referencia fueron Miguel Ordóñez Barrientos y María Ana Nateria y Zea que la mantuvieron hasta 1761. Desde ese momento hasta la actualidad ha pasado por distintas manos, al mismo tiempo que su extensión ha sido modificada. El hijo de los anteriormente mencionados, José Ordóñez Natera, compró a sus familiares la parte que les correspondía, cambiando la denominación de la hacienda por la de San José, aumentando considerablemente su viñedo y plantando centenares de árboles frutales. En 1788 la heredó su hijo Fernando Ordóñez Bustillos, volviendo a incrementar su extensión. Del mismo modo reforzó la arboleda y los cultivos con centenares de limoneros, olivos y viñas, dotando a la propiedad de regadío con el agua que llegaba del recién construido acueducto de San Telmo. Además de las instalaciones relacionadas con la extensa explotación agrícola construyó la casa principal (posiblemente el palacete actual) que hacía las veces de vivienda de recreo y que debió estar terminada antes de 1838, año de la muerte de Fernando Ordóñez, quedando por concluir el albercón situado junto a la casa. Tras la muerte de Fernando y de su esposa en 1852, sus hijos José Ordóñez Viana y Melchor la mantuvieron indivisa hasta el fallecimiento de ambos, cuando se llevó a cabo el reparto de la propiedad entre sus descendientes.

Foto 2Fue en esos momentos cuanto entró en escena Tomás Heredia Livermore (1819-1893), quien entre 1864 y 1868 compró prácticamente todos los lotes en que se dividió la propiedad, y que a buen seguro tomó aquella decisión movido por la compra que su hermana Amalia y su esposo, Jorge Loring Oyárzabal, habían hecho en 1857 de la contigua Finca de La Concepción. Aquel completó los jardines que rodean el palacete, incorporando numerosas plantas tropicales, construyendo el gran invernadero y el lago con sus grutas y cascadas, terminando el albercón. Del mismo modo decoró el palacete con obras de arte y demás enseres, adquiriendo la colección de antigüedades romanas con que poblaron el jardín. A partir de la muerte de Tomás Heredia en 1893 desconocemos exactamente el posterior entramado de propietarios de la finca. Sí es seguro que muy a principios de los años veinte del siglo XX, la finca era propiedad de la Compañía Naviera Mundaca y del empresario de origen francés Enrique Jonqueres, siendo vendida en 1921 a la Sociedad Mercantil La Salud, dedicada a la explotación de centros asistenciales. Los nuevos propietarios acordaron en 1923 con los Hermanos de San Juan de Dios la instalación de un hospital psiquiátrico, destinándose el palacete a sanatorio. Su cesión a la Orden de San Juan de Dios se produjo en 1941.

Foto 3En cuanto a los bienes patrimoniales a destacar, comenzaremos por el palacete. Hemos visto como ya en 1838 debía estar terminado. Sabemos que fue construido por un arquitecto italiano del que desconocemos su nombre. Claramente anterior a los historicismos finiseculares, estilísticamente se encuadra en un neoclásico entendido desde la óptica romana, pues no deja de recordar a los grandes palacios periurbanos romanos del clasicismo del siglo XVI, como la Villa Farnesina de Baldassare Peruzzi (1481-1536) o el Palacio Farnesio o la Villa Farnesio (esta en el Lacio) obras de Antonio da Sangallo el Joven (1484-1546). A nuestros días ha llegado casi sin modificaciones, llevándose a cabo la última restauración en 1985 por el arquitecto César Olano (1929-2013) (fotos 1 y 2).

Su estructura es axial, compuesta por dos cuerpos rectangulares y salientes, entre los que se extiende otro central retranqueado, todos de igual altura y con dos niveles separados por un entablamento denticulado. El frente o entrada principal se resuelve mediante un pórtico tetrástilo de columnas jónicas, sobre gradas, sosteniendo una estructura adintelada con terraza abalaustrada. Todas las esquinas de los paramentos se terminan mediante sillares, revocándose el resto. Grandes ventanas y puertas rítmicamente dispuestas rodean todo el edificio. En la primera planta se resuelven con sobredintel y sobreventana rectangular y en la superior con la alternancia de frontones triangulares y circulares. En ambos niveles se utilizan ménsulas y el recercado es completo. En la planta superior del cuerpo central los vanos se separan con pilastras de orden compuesto. El edificio se remata con una cornisa de destacado alero y un pretil. Sus bellísimas proporciones no dejan de producir admiración, cuidándose en este aspecto hasta el menor de los detalles (fotos 1 y 2). En su interior aun se pueden contemplar hermosos estucos, bajorrelieves, los artesonados con pinturas geométricas de la antigua sala de billar (foto 3), muebles de época, escaleras y otros elementos dignos de la mayor atención.

Foto 4A la derecha del palacete se construyó el gran albercón, rodeado por anchos y robustos arbotantes mixtilíneos (foto 5).

Bajo el frontal del palacio se abre una gran terraza abalaustrada, que a la manera de criptopórtico se eleva sobre el jardín (foto 1).

El jardín no sólo es importante por la flora subtropical que conserva, sino también por su rico mobiliario: bancos decorados con azulejos, fuentes, albercas, puentes, estatuas, grutas artificiales (inspiradas en el jardín manierista italiano); pero sobre todo el invernadero: una soberbia y amplia estructura de hierro y cristal, de planta longitudinal con bóveda apuntada y cúpula central de ocho paños con remates bulbosos, que se disponen sobre un basamento de ladrillo (foto 4).

Foto 5Como hemos mencionado más arriba, la colección de objetos romanos fue reunida por Tomás Heredia. En la actualidad pueden ser observados en los alrededores del palacete dos inscripciones latinas y cuatro capiteles. Suponemos que fue más amplia, aunque carecemos de fundamentos bibliográficos o de cualquier otra fuente que confirme esta aseveración. Un dato interesante a tener en cuenta, y que podría reforzar dicha idea era la importantísima colección Lonringiana, que en la finca vecina de La Concepción poseía el matrimonio Loring y que habían comenzado a reunir a partir de 1851, pudiendo haber servido de acicate en el impulso coleccionista de Tomás Heredia. Los pedestales con las inscripciones proceden de la provincia de Almería, destacando el dedicado a Porcia Maura del siglo II d.C. esculpido con letras capitales. Sufre una rotura en el laterial inferior derecho y necesita restauración (foto 6). Deconocemos la procedencia de los capiteles, siendo todos de orden corintio con variantes, excepto uno que es jónico realizado en piedra caliza. Todos ellos deberían ser retirados inmediatamente de la intemperie a la que están sometidos.

El Noviciado se sitúa a la izquierda del palacete y fue construido en 1959 por el arquitecto malagueño Enrique Atencia. De escasa ornamentación, por el estilo del molduraje recuerda a algunas edificaciones de la ciudad construídas en los años veinte y treinta del siglo XX, de las que quedan muy pocas en pie (foto 7).

Foto 6     Foto 7
Foto 6                                                                         Foto 7        


Bibliografía consultada. En Ruta de los Palacios, ver: (002), (003) y (004); en Ruta de los Museos, ver: (007); en Ruta del Siglo XX, ver: (004)

Acceso. Es fácil y complicado al mismo tiempo. Situada en el extremo norte de la ciudad, se puede acceder a ella a a través de la avenida de salida hacia Antequera llamada Jacinto Benavente (la que deja a la derecha Ciudad Jardín). Antes de incorporarte a la autovía deberás girar a la derecha para tomar en el mismo sentido norte la paralela a la avenida llamada calle Camino de Casabermeja, situándose la entrada a la hacienda a escasos metros. En la actualidad se dedica a celebrar reuniones sociales que organiza una empresa de catering, por lo que su visita está condicionada a que se produzca algún evento de este tipo o a que casualmente esté abierta por ejemplo para el suministro de víveres. Los teléfonos de contacto son el 627 503 094 o el 678 648 761.

Conservación. Museografía. Didáctica. Sin duda se trata de un conjunto de inmuebles que exigen del máximo cuidado y respeto. No nos sobran palacios periurbanos de principios del siglo XIX y de estilo neoclásico. Afortunadamente su estado de conservación es aceptable y la empresa que lo gestiona, al menos en la parte que es visible, tiene todos nuestros parabienes. Lo mismo se puede decir del excesivamente restaurado Noviciado de Enrique Atencia. Donde la situación es mucho más delicada es en la conservación del jardín y de los bienes muebles que lo acompañan, que exige una pronta intervención que restaure y adecente todo el conjunto. En cuanto al invernadero, sabemos que en la actualidad ha sido acristalado (nuestra fotografía es anterior), aunque pide una pronta labor de recuperación, al tratarse de una importante estructura de hierro del siglo XIX, una de las pocas en la jardinería de esta provincia. Asimismo, nos hemos percatado del abandono de los alrededores de la parcela que contiene el conjunto, tanto los muros más antiguos, que demandan su consolidación, como la basura que se acumula y una vegetación descontrolada que no acompaña al embellecimiento del lugar.

Ubicación. U.T.M. (Palacio):
30 S
372850.45 m E
4069103.04 m N

Ubicación en googlemaps©:
mapa


Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 07/11/2015. nº 188. vecmálaga©


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