Las torres almenaras interiores fueron utilizadas en la Península Ibérica durante toda la Edad Media, con más profusión en aquellas zonas donde conforme avanzaba el tiempo se iba situando la frontera entre los reinos cristianos y los musulmanes. Incluso aún dentro del territorio no afectado por la inseguridad que provocaba el conflicto armado, eran útiles como sistema de comunicación entre la frontera y las poblaciones donde en cada momento se encontrara el poder político.
Ubicada enfrente del yacimiento ibérico de Los Castillejos, sobre una suave colina, en la actualidad plantada de olivos, muy cerca del castillo de la Estrella, del que posiblemente dependería, es factible fecharla en los primeros años del siglo XIV (Martínez, r.d.: 009, pag. 146).
Su planta es circular y el alzado ligeramente troncocónico. La base se apoya sobre una plataforma de nivelación (Martín y Aguilera, r.d.: 021a, pag. 57), siendo la altura actual de unos 12 metros, aunque Martínez Maldonado aproxima la original a los 15 metros (Martínez, r.d.: 009, pag. 146).
La
fábrica es de mampostería muy irregular con un destacado enripiado. Aquella se dispone en ocasiones mediante hiladas y en otras con un simple amontonamiento de piedras, lo que indica que sufrió distintas reconstrucciones. En la base las piedras son de mayor tamaño y quizás procedan del cercano yacimiento de los Castillejos o de la ciudad romana del Cortijo del Tajo (Martínez, r.d.: 009, pag. 146), aunque Martín García y Aguilera Peragalo descartan esta posibilidad (Martín y Aguilera, r.d.: 021a, pag. 57)
En cuanto a su estructura interna, es maciza hasta los 5,70 metros, punto donde se situaba la estancia del vigilante (Martín y Aguilera, r.d.: 021a, pag. 57). La ventana de acceso se orienta hacia el sureste, y se encuentra muy agrandada por el desmoronamiento de los mampuestos (Martínez, r.d.: 009, pag. 146). La estructura superior orientada hacia el norte se ha derrumbado, dejando a la vista el arranque del arco de la ventana que la cerraría, así como algunos restos del enfoscado de la bóveda que cubría la estancia del vigilante. De este material apenas queda rastro en el exterior, lo que está acelerando la ruina del monumento.
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Bibliografía
consultada. En
Ruta de las Defensas, ver: (009) y (021a).
Referencias en texto: (r.d.): ruta de las defensas.
Acceso.
No es dífícil. Pasado el kilómetro 15 de la carretera A-357, dirección Campillos tomamos la salida hacia Teba. Por esta carretera, sin desviarnos, recorreremos unos seis kilómetros. En esa zona aparcaremos a la izquierda junto a "el Mesón de Diego" y "Muebles Rafael Palacios". A unos 50 metros a la derecha de la carretera, enfrente, comienza una vereda de tierra que nos lleva directamente al cerro de los Castillejos. Hay que ir preparado para una caminata abrupta y a veces comprometida, con zapatos adecuados, protección solar, gorro y líquidos. Una vez llegados al extremo oeste del cerro ya se divisa la torre. Continuamos la marcha unos quinientos metros, bajando por un lateral hacia una vereda paralela a una acequia que nos acerca a la siguiente colina donde en su cima se encuentra la torre.
Museografía.
Conservación. Didáctica. El yacimiento carece de la más mínima protección contra el vandalismo y sufre de un total abandono por parte de las instituciones. La recuperación del patrimonio ha de ser una prioridad de estas y de los vecinos de Teba, que deben sentirlo como algo suyo, haciéndose responsables de su conservación, investigación, recuperación y difusión. La Torrecilla se encuentra en un avanzado proceso de destrucción, situación que debe ser revertida inmediatamente.