El término municipal de Manilva posee un rico patrimonio arquitectónico relacionado con la defensa militar de la costa. Hay que tener en cuenta la extrema cercanía de África y la amenaza durante siglos de una nueva invasión musulmana (en un primer momento para los propios andalusíes y después para los españoles), así como de las periódicas razias a lo largo de la Edad Moderna desde Berbería, además de las de los turcos, sin olvidar la invasión en 1714 por los ingleses del cercano peñón de Gibraltar, acto del que aún no nos hemos liberado. Para defenderse de estas agresiones, en Manilva conocemos cuatro estructuras militares, como son la llamada torre vigía de Chullera o de la Culebra, la torre vieja de la Chullera, la torre de Arroyos Dulces o de la Duquesa y el fuerte o castillo de homónimo nombre, también llamado de Sabinillas, que es el que nos ocupa en esta ficha, además de otras ya desaparecidas. No todas sirvieron al mismo tiempo ni defendieron las mismas banderas.

Antes de la construcción de la fortaleza, a mediados del siglo XVIII, durante el reinado de Fernando VI (1713 - 1759), fueron diseñadas casas fuerte o cuarteles para las playas de Manilva (r.d.: 040; pág. 114). Una de ellas se levantó a escasos metros del futuro castillo (r.d.: 040; pág. 114). Pero una vez que éste entró en servicio aquélla perdió su función militar, siendo finalmente destruida en 1987 (r.d.: 040; pág. 114). Efectivamente, fue con Carlos III (1716 - 1788) cuando se procede a una profunda renovación de las construcciones defensivas costeras, más acordes con el desarrollo técnico que la artillería había alcanzado en la segunda mitad del siglo XVIII.

En ese período se alzan en el Reino de Granada 21 fortificaciones de nueva planta, financiadas muchas de ellas por particulares a cambio de cargos militares, como la que nos ocupa (r.d.: 040; pág. 115). Formando parte de este plan estratégico se levanta el llamado Castillo de la Duquesa o también Cuartel de la Sabinilla, sobre los restos, al igual que la mencionada casa fuerte, del yacimiento arqueológico llamado Entorno de la Duquesa, siendo reaprovechados sus sillares, como veremos más adelante. De este período, aunque con menores dimensiones, hemos estudiado en nuestra página la Torre Moya de Vélez-Málaga y la más cercana de Cala del Moral en Mijas. Como afirma Temboury en su indispensable obra Torres Almenaras (Costa Occidental): "Su función militar y defensiva es absolutamente independiente del sistema de atalayas de vigilancia de la costa. Respondía a la necesidad de proteger este gran fondeadero próximo a Gibraltar en los años en los que se trataba militarmente de rescatarlo durante la guerra contra Inglaterra a causa del llamado Pacto de Familia." (r.d.: 016; pág. 45).

En 1765 se presentó un proyecto de fuerte con batería según los modelos del ingeniero director del reino don José de Crame (r.d.: 040; pág. 116). En 1767 el sevillano don Francisco Paulino construye el castillo a sus expensas, concediéndole el rey por este servicio el mando de una compañía de caballería (r.d.: 040; pág. 116). El diseño de la planta y la dirección de obra se encargó al ingeniero don Miguel del Castillo, llevando a cabo la obra el maestro don José de Vargas (r.d.: 040; pág. 116). Su uso como defensa activa de la costa ya habría desaparecido en 1841 cuando Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico informaba de que la fortaleza se encontraba en un total abandono (r.d.: 040; pág. 116).

Descripción.
El muro exterior del castillo es escarpado y los pretiles se disponen en vertical o a plomo (fotos 1, 2, 3 y 4). En la construcción se utilizaron sillares, sobre todo en esquinas, arcos, marcos adintelados de ventanas y puertas, además de algunas troneras, en parte reaprovechados de las ruinas del vecino yacimiento romano como se evidencia en los arcos y dintel de acceso al patio (fotos 5 y 6), además de mampostería, en ocasiones bien hilada y en otras no, de mediano o gran tamaño, ladrillo, y algún elemento decorativo como las molduras de bocel o toro (semicirculares), realizadas en piedra y que perimetraban por fuera y alrededor del patio todo el edificio, junto con el remate de los pretiles que se hacía mediante grandes albardillas de piedra en forma de lajas paralepípedas o con doble inclinación y que sobresalían de aquél (foto 6).

El ingreso desde el exterior se llevaba a cabo atravesando un reducto esquinado protegido por  dos medios baluartes oblicuos en el dorso u hornabeques (foto 4). Según continúa informando Madoz la fortaleza constaba de 15 troneras en las afueras de su puerta (foto 5), además de otras 99 más (r.d.: 040; pág. 117). La entrada al castillo se realizaba a través de una puerta levadiza, que asimismo protegía un ancho paso cubierto con bóveda y que conducía al patio. En ese pasillo se abrían accesos a derecha e izquierda que daban al pabellón del comandante, al calabozo y a la cocina (r.d.: 040; pág. 117).

El patio tiene planta rectangular y desde él se distribuían distintas estancias como el alojamiento de la tropa, almacén de provisiones, otro para artillería, caballeriza, capilla, etc (r.d.: 040; pág. 117) (foto 6). La cubrición de estas estancias se realizaba mediante bóvedas de arista construidas con ladrillo (foto 7).

En la mitad del lado oriental, lineal con el acceso desde el exterior, se situaba una rampa por donde se accedía a un revellín semicircular (r.d.: 040; pág. 117) y a su lado una escalera que conducía a la plaza de armas o terrado. Madoz nos habla de dos garitas, una en la azotea y otra en el revellín (r.d.: 040; pág. 117), siendo ésta última la única visible en la actualidad.

Las distintas salas del fortín se han aprovechado para actividades culturales. En el momento de nuestra visita pudimos contemplar dos: la primera sería la colección arqueológica, cuyas piezas, bien expuestas, en su mayoría pertenecen a la época romana, mostrando interesantes obras, como una expresiva cabeza de león (foto 8), cerámica del tipo terra sigillata, sepulturas de tégulas, estuco decorado, vidrio, cañerías, etc. En otra sala se podía disfrutar de una interesante muestra dedicada a la halterofilia con la exposición de numerosos sables así como premios conseguidos en competiciones (foto 7).

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Bibliografía consultada. En Ruta de las Defensas, ver: (016) y (040).
Abreviaturas: Ruta de las Defensas: (r.d.)

Cómo llegar. Es muy fácil. Se ubica en el extremo occidental de la provincia. Pasado el km. 142 de la A-7 (autovía del Mediterráneo sentido Málaga) existe una rotonda de la que saldrás por su primera a la derecha e inmediatamente girarás a la izquierda por un carril paralelo a la autovía por el que a unos 350 metros a la derecha verás la fortificación. Existe un cercano paso volado para peatones. Se encuentra aceptablemente aislada de construcciones cercanas excepto por el lado sur. Permanece abierta todos los días por la mañana hasta las 15:00 horas. Creemos que los domingos y fiestas está cerrada. En todo caso podéis consultar en el ayuntamiento en el teléfono: 952890065.

Museografía. Conservación. Didáctica. La fortaleza presenta problemas estructurales con profundas grietas bien visibles en algunas secciones, además hay sillares muy erosionados, deterioro en los ladrillos, elementos desaparecidos o sin una buena sujeción. Estos problemas no son generales pero con el tiempo se irán agravando, por lo que esperamos que se actúe con prontitud antes de que vayan a más.

Ubicación (Google Earth):
Coordenadas U.T.M.	Grados, minutos, segundos.	Grados decimales.	Grados, minutos decimales.	Sistema militar de referencia por coordenadas.
30 S 299604.48m E 4025248.06m N	36º21'05.28'' N 5 º13'59.69'' O	lat. 36.351467º long. -5.233246º	36º21.088' N 5 º13.995' O	30STF9960425248

Ubicación en googlemaps©:

 

Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 19/09/2022. nº 506. vecmálaga©

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