Muralla Andalusí
en Calle Arco de la Cabeza
Málaga (ciudad)
Después de la invasión musulmana, Málaga dejó de tener interés
estratégico, quedando muy mermada su población, por lo que
la ciudad apenas sufrió transformación alguna. Fue a partir
del siglo XI cuando estas circunstancias cambiaron, haciendo obligada la
construcción de la muralla. Tras la reconquista cristiana
esta fue reparada y conservada, manteniéndose hasta el siglo XVIII, periodo en el que comenzó su abandono, y desapareciendo en el XIX a causa de la expansión de la ciudad burguesa. Su trazado
es bien conocido, ya que a partir del siglo XVI y durante unos trescientos
años se documentaron tanto la muralla como la ciudad en su conjunto
a través de planos y dibujos. El proceso de destrucción fue
más o menos intenso, desde la demolición completa, hasta su
integración en una nueva edificación como medianería
entre dos viviendas.
El lienzo que
observamos perteneció a la muralla intramuros y mide 28
metros de largo por 7 de alto (fotos 2, 3 y 4).
Parece ser que está relacionado con una de las entradas a la ciudad
musulmana, la Puerta de Antequera. Este tramo ha sufrido numerosas intervenciones
hasta época reciente, que han cambiado su aspecto original, dificultando
su lectura. Más de la mitad del paramento derecho no fue ocultado por
construcciones posteriores, sino que sirvió como muro de cierre de
las mismas (fotos 3 y 4). En la actualidad podemos
contemplar el tapial y las líneas de los mechinales (fotos
1, 3 y 4), señal dejada en el aparejo por los codales
o maderos que se introducían en aquel y que servían para
el soporte de los tapiales o encofrados, dentro de los cuales se vertía
el barro (conglomerado de tierra, sílice, cal, etc.) en tongadas,
compactándose mediante apisonado. Parte del tapial fue recubierto
en el siglo XVII por mampostería (fotos 2, 3 y 4) (en
algunas secciones encintada y en otras de forma bastante irregular), ladrillo
y verdugadas de ladrillo. Por último, los dos vanos cegados que se observan
(fotos 1 y 4) debieron romper parcialmente una estancia
anterior, al parecer una torre que pudiera pertenecer a la Puerta de Antequera.
En algunas zonas se ha conservado el enlucido original de la muralla (foto
2).
Conservación.
Museografía. Didáctica. Este trozo de lienzo fue
recuperado, con buen criterio, hace algunos años. Ofrece una magnífica
imagen y ayuda a hacernos una idea de cómo debió ser la muralla
intramuros, al menos a partir del siglo XVI. Los trabajos de consolidación
y restauración se hicieron con profesionalidad, respetando los restos
visibles tal como han llegado hasta nosotros, sin intentar disfrazarlos,
lo que desgraciadamente ha ocurrido en la recuperación de la misma
muralla a la altura de calle Carretería nº 62-64. Sí
hemos observado una cierta dejadez en el mantenimiento, ya que se está
desarrollando incontroladamente la vegetación, que no sería difícil
eliminar. No se ofrece información histórico-artística
alguna. El rico pasado de la muralla, y en concreto de esta sección,
merecerían ser explicados con sencillez y rigor mediante paneles
explicativos. También debería pensarse en integrar la muralla
en un circuito cultural con visitas guiadas, ya que los restos existentes
en la ciudad son suficientemente numerosos como para ofrecer al público
interesado una idea bastante aproximada de las dimensiones y la importancia
de la misma.
Ubicación.
Coordenadas U.T.M.: 30 S
372817.40 m E
4065025.15 m N