Inmueble en Calle Málaga nº 6
Casarabonela (pueblo)
La costumbre de pintar con motivos decorativos el exterior de las casas es un fenómeno estético que no sólo se daba en la ciudad de Málaga, sino que se extendía por numerosos pueblos de la actual provincia. Hasta el momento en nuestro viajerosencortomalaga, las hemos identificado, además de en la capital, en Antequera, Monda, Ardales, Cártama, Estepona, El Borge, Vélez-Málaga, Árchez, Salares y Sedella. Esta decoración se hizo general a todo tipo de construcciones, no sólo religiosas y militares, sino sobre todo civiles, pero el desprecio a este tipo de arquitectura ha provocado la destrucción de cientos de inmuebles y la consiguiente e irremediable pérdida de un patrimonio pictórico incalculable. De las que quedan aún en pie, ya poseemos un amplio inventario, y no dudamos en que continuará aumentando, como ha ocurrido con la que hoy nos ocupa.
Casarabonela conserva un conjunto histórico no sólo medieval, sino también barroco y ochocentista, períodos entre los que existe una armoniosa relación arquitectónica, y que a pesar de la expansión demográfica en el siglo XX con la consiguiente parcelación de zonas adyacentes, sobre todo hacia el norte, y por tanto de nuevas construcciones, ha conseguido mantener una fisonomía donde es predominante la visión del núcleo antiguo, sin apenas interferencias de la arquitectura funcionalista, lo que le convierte en uno de los pueblos mejor conservados de la comarca de la Sierra de las Nieves.
Paseando por sus calles nos fijamos en el inmueble nº 6 de la calle Málaga, que además de poseer un portón claramente barroco, lo que ya de por sí le otorga un especial interés, quedan claras muestras de haber estado decorado con pinturas texturales de paramento de cantería fingido, siendo visibles debido a la caída parcial del encalado, y a las líneas que dejan en este las incisiones que formarían los avivadores de los sillares dispuestos en filas, así como restos de los colores con lo que estarían pintados, como son el almagra para el sillar y el ocre para los avivadores. Desconocemos si se simularía el relieve o serían planos, ni cualquier otro elemento que los distinga, pero sí es evidente que todo el muro de la planta baja, que es el más antiguo, se encontraría pintado. En la provincia existen ejemplos de utilización de este tipo de decoración textural con sillares, entre los que hemos podido estudiar la casa-torreón de Sedella, o la iglesia de San Juan de Málaga.
Esta casa señorial ha sufrido una gran destrucción, y no hace mucho tiempo. Efectivamente, toda la planta superior es de construcción reciente, quedando sólo el gran portón barroco y el muro de la planta baja, de igual manera perforado en su lado izquierdo para la abertura de una puerta y un vano. Así, el mencionado portón se decora con pilastras cajeadas sobre plintos cuadrangulares, con añadidos de placas y pequeños capiteles toscanos. El cierre es adintelado con arquitrabre y friso lisos separados por bocel y sobredintel cubierto con tejas y moldujraje cóncavo - convexo, convirtiéndose en el elemento con más relieve de los que componen el portón. El hecho de que el arquitrabe y el friso sean lisos nos sugieren que también pudieron encontrarse decorados con pinturas, quizás con similares motivos de cantería.
¿Cómo llegar?.
Es muy fácil. Si partimos desde la ermita de la Veracruz, situada al este del pueblo, dirección sur por la calle Veracruz, llegaremos a pocos metros al caño de la Veracruz. Desde allí la calle se bifurca. Tomamos la salida izquierda o calle Málaga, y muy cerca, en un giro de 90º hacia el norte, se encuentra en el nº 6 el inmueble que nos interesa.
Conservación.
Museografía. Didáctica. La restauración de este caserón debe ser objeto prioritario de los organismos competentes para ello, dentro de un plan de conservación y difusión del amplio patrimonio arquitectónico de Casarabonela, tanto de lo que denominamos vivienda popular como señorial, de la que quedan magníficos ejemplos a lo largo de su callejero. Seguramente habrá más edificios originalmente decorados con pinturas que hoy se encuentran encalados de arriba a abajo, por lo que un plan arqueológico de descubrimiento y recuperación de estos inmuebles a su estado original supondría el enriquecimiento patrimonial del pueblo, que junto a su trazado medieval, harían sentir aún más si cabe el orgullo de ser morisco, además de la admiración de foráneos.
La costumbre de pintar con motivos decorativos el exterior de las casas es un fenómeno estético que no sólo se daba en la ciudad de Málaga, sino que se extendía por numerosos pueblos de la actual provincia. Hasta el momento en nuestro viajerosencortomalaga, las hemos identificado, además de en la capital, en Antequera, Monda, Ardales, Cártama, Estepona, El Borge, Vélez-Málaga, Árchez, Salares y Sedella. Esta decoración se hizo general a todo tipo de construcciones, no sólo religiosas y militares, sino sobre todo civiles, pero el desprecio a este tipo de arquitectura ha provocado la destrucción de cientos de inmuebles y la consiguiente e irremediable pérdida de un patrimonio pictórico incalculable. De las que quedan aún en pie, ya poseemos un amplio inventario, y no dudamos en que continuará aumentando, como ha ocurrido con la que hoy nos ocupa.
Casarabonela conserva un conjunto histórico no sólo medieval, sino también barroco y ochocentista, períodos entre los que existe una armoniosa relación arquitectónica, y que a pesar de la expansión demográfica en el siglo XX con la consiguiente parcelación de zonas adyacentes, sobre todo hacia el norte, y por tanto de nuevas construcciones, ha conseguido mantener una fisonomía donde es predominante la visión del núcleo antiguo, sin apenas interferencias de la arquitectura funcionalista, lo que le convierte en uno de los pueblos mejor conservados de la comarca de la Sierra de las Nieves. Paseando por sus calles nos fijamos en el inmueble nº 6 de la calle Málaga, que además de poseer un portón claramente barroco, lo que ya de por sí le otorga un especial interés, quedan claras muestras de haber estado decorado con pinturas texturales de paramento de cantería fingido, siendo visibles debido a la caída parcial del encalado, y a las líneas que dejan en este las incisiones que formarían los avivadores de los sillares dispuestos en filas, así como restos de los colores con lo que estarían pintados, como son el almagra para el sillar y el ocre para los avivadores. Desconocemos si se simularía el relieve o serían planos, ni cualquier otro elemento que los distinga, pero sí es evidente que todo el muro de la planta baja, que es el más antiguo, se encontraría pintado. En la provincia existen ejemplos de utilización de este tipo de decoración textural con sillares, entre los que hemos podido estudiar la casa-torreón de Sedella, o la iglesia de San Juan de Málaga.
Esta casa señorial ha sufrido una gran destrucción, y no hace mucho tiempo. Efectivamente, toda la planta superior es de construcción reciente, quedando sólo el gran portón barroco y el muro de la planta baja, de igual manera perforado en su lado izquierdo para la abertura de una puerta y un vano. Así, el mencionado portón se decora con pilastras cajeadas sobre plintos cuadrangulares, con añadidos de placas y pequeños capiteles toscanos. El cierre es adintelado con arquitrabre y friso lisos separados por bocel y sobredintel cubierto con tejas y moldujraje cóncavo - convexo, convirtiéndose en el elemento con más relieve de los que componen el portón. El hecho de que el arquitrabe y el friso sean lisos nos sugieren que también pudieron encontrarse decorados con pinturas, quizás con similares motivos de cantería.
