Gracias al trabajo de investigación de Aurora Arjones Fernández de la Universidad de Málaga (r.p. 016), hoy sabemos bastante más sobre la historia real del edificio que nos ocupa: el Palacio del Marqués de la Sonora o Palacio Solecio.

Así, el 21 de marzo de 1789 se procedió a la venta de los solares números 7, 8 y 9 de la manzana 78 de calle Granada, propiedad de Joaquín Allier, a Félix Solecio (r.p. 016; pág. 41). Por actas del Ayuntamiento de ese mismo año, se sabe que el nuevo propietario ya estaba demoliendo las fincas situadas en la parcela para levantar una casa principal con fachada de treinta varas (r.p. 016; pág. 41).

Rosario Camacho nos informa en su libro José Martín de Aldehuela (1724 - 1802), del ornato rococó a la arquitectura hidráulica (r.p. 012), que en la solicitud de construcción del edificio se menciona a un maestro de obra, identificándose con José Martín de Aldehuela, al haberse encontrado detalles ornamentales que pertenecen a su repertorio decorativo (r.p. 012; pág. 227), en concreto la portada situada al fondo del zaguán. En 1807 el palacio ya es habitable, y en ese mismo año pasa a ser propiedad del matrimonio José de Llano y Catalina Arche (r.p. 016; págs. 41 y 42). En 1858 y 1864, con nuevos propietarios, se realizan modificaciones en el lateral que da a la calle Tomás de Cózar (r.p. 016; pág. 42). En 1880 se levanta la portada principal actualmente existente destruyéndose la anterior (r.p. 016; pág. 43), y en 1916 se construye el balcón situado sobre aquella (r.p. 016; pág. 44).

Volviendo al inicio de su historia, en el proyecto presentado, los alarifes públicos Francisco de Rojas y Francisco Ruiz trazaron un plano que, por cesión de Solecio, retranqueaba la fachada en L (foto 1) (foto aérea icono estrella roja), por lo que se formó una pequeña plaza entre esta y la iglesia de Santiago (r.p. 012; pág. 227), adaptándose así a unos tipos constructivos que, aunque carentes de axialidad por las limitaciones del espacio, resultaron más acordes con las tendencias europeas donde se prefería la articulación en grandes volúmenes (foto 2), como el mismo Palacio Real de Madrid, y no exclusivamente el alineamiento de muros lisos.

Tanto la fachada principal que da a calle Granada como la lateral a calle Tomás de Cózar (foto 3) se configuran verticalmente mediante planta baja, entresuelo, piso principal y un nivel más, continuando la tradición de muchas casas destacadas de esa época en la ciudad. El remate del edificio se llevó a cabo con tejado a doble agua acompañado de mansardas y entre los dos cuerpos una gran torre de planta rectangular, que es característica también, pero a mayor escala, de la arquitectura civil malagueña. Tanto las mansardas como la torre fueron reconstruidas recientemente tras haber sido completamente derruidas hace unos años, desconociendo la fidelidad a los originales.

En cuanto a los vanos, estos se disponen axialmente, jerarquizándose los de la planta principal que son de mayor tamaño, donde el vano central se acompaña de un gran balcón curvo con tornapuntas y arbotantes, realizado en 1916 (r.p. 016; pág. 44), copiando el estilo barroco urbano de Málaga en esta materia y convirtiéndose así en un falso histórico. El resto de balcones y cierres sí se corresponden con la construcción del edificio a finales del siglo XVIII. Al mencionado balcón central le acompañan, a ambos lados, vanos con cierres curvos o preñados de jaula y en el nivel superior balcones o antepechos igualmente curvos de menor tamaño, solución que se repite en los vanos de la entreplanta.

La portada actual se levantó en 1880 sustituyendo a la anterior que fue destruida (r.p. 016; pág. 43). Realizada en piedra, presenta dintel entre pilastras cajeadas terminadas en ménsula, siguiendo el dibujo de los recercados de los vanos de los pisos superiores (lo que indica que en el año de construcción la pintura de los muros aún era visible), con friso decorado con guirnaldas y destacada cornisa sobre la que se colocan sendos machones.

En el cuerpo arquitectónico izquierdo, que se adelanta sobre el descrito, la disposición de los cierres varía, dentro del mismo estilo, con rejerías curvas de jaula en la entreplanta, un gran balcón corrido, plano y con arbotantes en el piso principal, y balcones curvos en el nivel superior.

Por últino, en cuanto al frente que da a calle Tomás de Cózar, en la planta baja y entreplanta se utiliza rejería rasa sin meseta, fruto de la reforma que se llevó a cabo en 1864 (r.p. 016; págs. 42 y 43). La planta principal se resuelve con cierres curvos y la superior con balcones igualmente curvos.

Pero además de la distribución palaciega de sus vanos, el edificio destaca por sus sorprendentes pinturas murales exteriores, que se dividen en dos grandes grupos. La planta baja y entreplanta, hasta la línea de imposta, se decora con simulados y grandes sillares isódomos con la cara de paramento lisa y esquinas biseladas entre distintos tonos de gris azulado, lo que ayuda a conseguir sensación de volumen, fórmula de prestigio que se usó en varios edificios destacados de la época como, entre otros, el Palacio de la Aduana, proyectado en 1788 e iniciada su construcción en 1791, o el situado en la Alameda Principal nº 20, en ambos casos con sillares de piedra, y el de calle Postigo de Arance nº 9, pintado como el que nos ocupa. En cuanto a las esquinas, se abandona la utilización de la pilastra por el sillar liso denticulado de color ocre y llagueado más oscuro, excepto en la entreplanta entre calle Granada y Tomás de Cózar donde los sillares son de piedra.

Por lo que se refiere a la planta principal y a la superior, se decoran con motivos arquitectónicos, característicos de la segunda mitad del siglo XVIII, con un resultado final lejos del horror vacui de las décadas pasadas (fotos 4 y 5). Este tipo de ornamentación la podemos encontrar en otros edificios de la ciudad, siempre con variantes, como vemos en nuestra ruta de las casas pintadas de Málaga. De este modo, en la planta principal los vanos se recercan con pilastras trasdosadas, siendo la que sobresale cajeada con ménsula en lugar de capitel, friso con cenefas y flores y cornisa con molduraje, terminándose mediante frontón, curvo en el vano central, con un sol en su extremo superior, y triangular en los laterales, con una granada en el vértice, careciendo los tímpanos de decoración. Por lo que respecta al color, solo se utiliza el marrón en distintos tonos, consiguiéndose efectos de volumen en las ménsulas y el molduraje de la cornisa y frontón. El esquema compositivo se repite tanto en los vanos del cuerpo lateral como en el piso superior aunque, acorde con su superficie, a menor escala. Una composición similar, aunque no exactamente igual y de reducido tamaño, la encontramos en una vivienda situada a escasos metros del palacio en la calle Santiago nº 4.

En cuanto a lo que se ha podido salvar del interior destaca la portada ubicada al fondo del zaguán y que da acceso a una gran escalera, cuyos arcos superiores, como se puede observar en fotografías antiguas, han desaparecido. Por lo que respecta a la portada (foto 6), Rosario Camacho la describe así: Al fondo del zaguán, y dando paso a la escalera, hay otra hermosa portada interior, de orden toscano, cujyas columnas se coronan con jarrones de corte francés, entre los que se despliega el ornato del arco, de exuberante clave pendiente, con un frente muy decorado en el que destacan cornucopias, volutas, palmas y guirnaldas, elementos ornamentales del barroco clasicista. Ante las columnas se alzan dos pedestales bajos decorados con máscaras figurativas y se coronan con cestillos de frutas, un motivo característico del repertorio de Aldehuela (r.p. 012; pág. 228). Nos queda por comentar el patio de columnas, ubicado entre el extremo izquierdo del palacio y el inmueble adosado igualmente a su izquierda, al que no hemos tenido acceso, aunque sí sabemos por fotografías que consta de dos niveles con columnas de orden toscano sobre los que apoyan arcos de medio punto de doble rosca.

El mencionado inmueble (foto 7) (foto aérea icono estrella verde) adosado al palacio, a su izquierda, es sin duda una construcción anterior, ya que por lo que se ha podido recuperar son visibles los encadenados y verdugadas de ladrillo entre cajones de mampostería, manifestación inequivoca del estilo mudéjar, que fue utilizado como sistema constructivo hasta bien entrado el siglo XVIII.

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Bibliografía consultada: En Ruta de los Palacios, ver: (012) y (016).
Referencias de texto: Ruta de los Palacios: (r.p.)

Cómo llegar. Es muy fácil. Se sitúa en calle Granada, cerca de la plaza de la Merced, enfrente de la iglesia de Santiago.

Museografía. Conservación. Didáctica. La fachada ha sido completamente recuperada, y parece ser que también la escalera y el patio porticado. Según mis noticias, tras destruir completamente el edificio y dejar solo el muro exterior, los restos más significativos terminaron en un anticuario de Antequera, del que se pudo recuperar material. No sabemos si todo o no. En fin, es un ejemplo para los que afirman que desde que tenemos leyes de protección del patrimonio esas cosas ya no ocurren. Aquí en Málaga, sí. Y no es la primera vez, ni mucho menos.

Ubicación (Google Earth): Palacio del Marqués de la Sonora (icono rojo)
Coordenadas U.T.M.	Grados, min., seg.	Grados decimales.	Grados, min.decim.	Sist. militar de referencia por coordenadas.
30 S 373379.42m E 4064999.82m N	36º43'20.15'' N 4º25'04.44'' O	lat. 36.722263º long. -4.417899º	36º43.336' N 4º25.074' O	30SUF7338065000

Ubicación en googlemaps©:

 

Terminado, incorporado a la página y subido a la red el 12/01/2024. nº 606. vecmálaga©

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